Cartas al director

El estupor de los corderos

La concesión de cinco oscars, en especial la del oscar a la mejor película, a la ya famosa El silencio de los corderos nos ha dejado a todos los que no tenemos vocación de lobos presos del más absoluto estupor. Al margen de ciertos valores formales (buena interpretación, buena fotografía, buen ritmo), valores por otro lado comunes a muchas de las películas que optaban también a esos galardones, la película en cuestión es un alarde de crueldad, canibalismo, sadismo y terror.Que haya sido nominada como la mejor película del año no puede entenderse sino como la confirmación d...

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La concesión de cinco oscars, en especial la del oscar a la mejor película, a la ya famosa El silencio de los corderos nos ha dejado a todos los que no tenemos vocación de lobos presos del más absoluto estupor. Al margen de ciertos valores formales (buena interpretación, buena fotografía, buen ritmo), valores por otro lado comunes a muchas de las películas que optaban también a esos galardones, la película en cuestión es un alarde de crueldad, canibalismo, sadismo y terror.Que haya sido nominada como la mejor película del año no puede entenderse sino como la confirmación de que el cine no es sino el reflejo de la sociedad. Y no podemos olvidar que éste ha sido el año del carnicero de Milwaukee, del sádico violador Tyson, del violador-asesino de ancianas pendiente de castración...

Las personas que odiamos la crueldad y el sadismo, las personas a las que nos gustaría que se proyectasen en nuestras televisiones muchas más películas eróticas que de terror, estamos, como digo, hundidas en el más completo estupor.

Y es que, francamente, estamos hartos de sangre, estamos hartos de noches de lobos, estamos hartos de alucines sanguinolentos. Queremos conseguir para nosotros y para nuestros hijos un mundo más humano, más pacífico, menos desequilibrado. Y creemos que películas como la ya mencionada no contribuyen en absoluto a lograrlo.-

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