Fuerte retroceso de la opción independentista en Escocia

El futuro de Escocia se mantiene Incierto tras las elecciones. La opción independentista sufrió un fuerte retroceso por los malos resultados del Partido Nacional Escocés (SNP), pero alguna forma de autonomía parece aún posible. Los laboristas, que mantuvieron sus 49 escaños y siguen siendo la fuerza hegemónica, exigieron ayer de nuevo el autogobierno, y anunciaron que promoverían la "agitación popular, porque es mejor eso que la desesperación colectiva".

El ministro de Transportes y diputado conservador por Edimburgo, Malcolm Rifkind, respondió que John Major "tendrá muy en cuenta los r...

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El futuro de Escocia se mantiene Incierto tras las elecciones. La opción independentista sufrió un fuerte retroceso por los malos resultados del Partido Nacional Escocés (SNP), pero alguna forma de autonomía parece aún posible. Los laboristas, que mantuvieron sus 49 escaños y siguen siendo la fuerza hegemónica, exigieron ayer de nuevo el autogobierno, y anunciaron que promoverían la "agitación popular, porque es mejor eso que la desesperación colectiva".

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El ministro de Transportes y diputado conservador por Edimburgo, Malcolm Rifkind, respondió que John Major "tendrá muy en cuenta los resultados electorales, aunque no hará nada que ponga en peligro la unidad fundamental del Reino Unido".La actitud de Rifkind haciendo hincapié en que "puede haber nuevas fórmulas" dentro del principio de la unidad británica parecía indicar que John Major está dispuesto a revisar la cuestión escocesa tras su espectacular victoria. La correlación de fuerzas en Escocia no ha variado sustancialmente tras las elecciones, salvo por la recuperación del voto conservador. Los tories, a quienes los sondeos vaticinaban un varapalo que llevó a algunos a pensar que eran una especie en peligro de extinción al norte de la frontera, no sólo no cedieron terreno sino que ganaron dos escaños (de 9 a 11), a costa de los liberaldemócratas (de 10 a 9) y los independentistas (de cuatro a tres). En votos, sólo el 25% conservador se opone a la autonomía, mientras el 75% restante reclama un Parlamento para Edimburgo.

Donald Dewar, líder de los laboristas escoceses, anunció ayer que su partido "seguirá exigiendo el cambio constitucional, con más urgencia que nunca". Dewar reaccionó furiosamente ante una declaración del jefe de los tories locales, Ian Lang, según el cual, "Escocia ha dicho no al nacionalismo". "Major cometería un enorme error si piensa que puede olvidar las reivindicaciones escocesas por el hecho de que su partido haya incrementado sus votos aquí en un 1,5%", dijo Dewar, quien anunció que los laboristas "promoverán la agitación popular, porque es mejor eso que la desesperación colectiva y los brotes de violencia".

"No se debe abusar indefinidamente de la paciencia escocesa", añadió. También opinó que "todas las fuerzas nacionalistas (laboristas, liberaldemócratas y SNP) deben tenderse la mano y luchar unidas por un objetivo común", pero mientras tanto, otros dirigentes del partido y los dirigentes del SNP se acusaban mutuamente de dispersar el voto anticonservador.

Hegemonía en Gales

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En Gales, los laboristas reforzaron su hegemonía con un 49,5% de los votos y 27 escaños (26 hasta ahora), mientras los nacionalistas del Plaid Cymru pasaban de tres a cuatro escaños, los conservadores se mantenían en seis, y los liberaldemócratas caían de tres a uno. En medios del Plaid Cymru se destacaba ayer la necesidad de "estimular a los laboristas" para que presionen por la creación de una Asamblea galesa, pese a su derrota.

En Irlanda del Norte, la gran novedad era la desaparición del escaño del Sinn Fein. Joe Hendron, del Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP), arrebató la representación del área católica de Belfast Oeste al presidente del Sinn Fein, Gerry Adams. Hendron dijo que Belfast Oeste había "votado por la paz" y que el crecimiento de su partido, de tres a cuatro escaños, indicaba que la moderación estaba ganando terreno en el Ulster.

El recuento en las circunscripciones norirlandesas no había concluido ayer por la tarde, pero todo indicaba que no se producirían más cambios. De ser así, los unionistas mantendrían sus nueve escaños; los unionistas democráticos, tres; los unionistas populares, uno (todos ellos de tendencia protestante), y el SDLP (católicos moderados), cuatro.

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