Más de 26.000 facultativos, llamados a las urnas del Colegio de Médicos de Madrid

Las elecciones a la presidencia del Colegio de Médicos de Madrid, el más importante de España, nunca han despertado pasiones entre los facultativos. Mañana, las urnas se abrirán de nuevo para los 26.604 colegiados. Si las previsiones se cumplen, no votará más del 30%. A pesar de ello, algunos de los aspirantes han desarrollado una campaña digna de unos comicios legislativos. ¿Qué atractivo tiene el cargo? Revitalizar una institución obsoleta, dicen unos. Canalizar los intereses de clínicas privadas, contestan otros. El divorcio entre el colegio y los médicos salta ahora a la palestra.

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Las elecciones a la presidencia del Colegio de Médicos de Madrid, el más importante de España, nunca han despertado pasiones entre los facultativos. Mañana, las urnas se abrirán de nuevo para los 26.604 colegiados. Si las previsiones se cumplen, no votará más del 30%. A pesar de ello, algunos de los aspirantes han desarrollado una campaña digna de unos comicios legislativos. ¿Qué atractivo tiene el cargo? Revitalizar una institución obsoleta, dicen unos. Canalizar los intereses de clínicas privadas, contestan otros. El divorcio entre el colegio y los médicos salta ahora a la palestra.

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"¿Votar? Sólo vale para mantener a unos grupos de presión con unos intereses muy particulares". Así de tajante se muestra Antonio, un especialista en traumatología. La opinión es plenamente compartida por uno de los directores de Atención Primaria de Madrid. "Me he desentendido. Es una guerra de camarillas vinculadas a intereses políticos y de la iniciativa privada".Cinco candidatos aspiran a la presidencia, cuatro de ellos de tendencias conservadoras (Javier Matos -el actual presidente del Colegio-, José María Valoria, Juan Abarca y Antonio Rivas) y otro de carácter progresista (Arturo Pérez Mota).

La tradicional abstención es una preocupación común: todos prometen bríos renovadores para la institución. 'Ta propaganda que recibo va a la basura, como la revista oficial del Colegio", comenta un joven médico de familia. "En mi entorno sucede lo mismo. No entendemos la utilidad del Colegio". "La entidad presta importantes servicios: organiza cursos de formación médica, edita una revista mensual, da asesoría jurídica, ha suscrito pólizas de responsabilidad civil y seguros de vida", tercia el director ejecutivo. Para todo ello cuenta con 700 millones de pesetas anuales, que provienen de las cuotas (1.300 pesetas al mes) y de los certificados médicos.

La indefinición del papel colegial también surge en sus relaciones con la Administración y los sindicatos. Los responsables del Colegio se han lamentado en más de una ocasión de que el Ministerio de Sanidad cuenta poco con ellos a la hora de tomar decisiones. Desde el ministerio no se quiere entrar en la cuestión, pero en el trasfondo puede estar la adscripción conservadora de la entidad: "Representa a un grupo de médicos de la vieja guardia que han actuado de freno de la reforma hacia un nuevo modelo sanitario público". Comisiones Obreras y UGT no cuestionan la existencia de la institución, a la que acusan de ser parasindical, sino la obligatoriedad de la colegiación.

Voto por correo

La atonía electoral se ha roto en esta ocasión por la polémica sobre el voto por correo. José María Valoria y Arturo Pérez. Mota han acusado al actual presidente, Javier Matos, de dificultarlo con unas normas no previstas en los estatutos, que obligan a pedir un certificado previo. El anuncio del nuevo procedimiento ha llegado a muchos electores fuera de plazo.El doctor Valoria no ahorra calificativos: "Es una modificación de la normativa electoral antidemocrática propia de otros tiempos, a los que pertenece el doctor Matos". Pérez Mota ha impugnado esta modificación y Valoria ha presentado un recurso de alzada ante la Organización Médica Colegial (OMC). Según Alberto Salván, asesor jurídico del Colegio, se han seguido rigurosamente las normas de la Ley General Electoral. "Respecto a la tardanza de las cartas, eso es cosa de Correos".

El voto directo también levanta ronchas. Las mesas electorales se han establecido en la sede colegial y en ocho hospitales. Los 2.639 médicos residentes (jóvenes que cursan su especialidad) sólo pueden votar en el Colegio, según la norma de la ONIC. Tampoco los facultativos de los hospitales periféricos o los médicos de Atención Primaria lo tienen fácil. "El Colegio cuenta con unos medios limitados", responde Salván.

La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública lo traduce de otra manera: "Se trata de poner trabas al voto de los médicos jóvenes y de los sectores más progresistas".

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