Cartas al director

Grave quebranto

En el número correspondiente al 3 de abril, y firmado por su redactor don Julio Martínez Lázaro, aparece una noticia en relación con el juicio celebrado el día anterior contra nuestro cliente don Germán Sáenz de Sntamaría Vázquez en la Audiencia Nacional por supuestos delitos contra altos organismos de la nación y de desacato. Aunque no era éste el tratamiento de la noticia que esperábamos de su diario, por supuesto, en absoluto respeto del derecho a la información, que, como el de expresión, siempre hemos defendido tanto nuestro cliente como nosotros, nada oponemos al tratamiento infonnativo ...

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En el número correspondiente al 3 de abril, y firmado por su redactor don Julio Martínez Lázaro, aparece una noticia en relación con el juicio celebrado el día anterior contra nuestro cliente don Germán Sáenz de Sntamaría Vázquez en la Audiencia Nacional por supuestos delitos contra altos organismos de la nación y de desacato. Aunque no era éste el tratamiento de la noticia que esperábamos de su diario, por supuesto, en absoluto respeto del derecho a la información, que, como el de expresión, siempre hemos defendido tanto nuestro cliente como nosotros, nada oponemos al tratamiento infonnativo de la noticia.Sin embargo, no podemos permanecer impasibles cuando se afirma hasta en cuatro ocasiones, con grave quebranto de la realidad, que nuestro representado "admitió haber utilizado insultos y descalificaciones", hecho en ningún momento admitido por el mismo ni por esta defensa.Precisamente ésta se basó en que nuestro representado jamás había injuriado a los jueces y fiscales de Málaga ni calumniado a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, sino que había hecho uso legítimo de su derecho a la libertad de expresión, valor superior que el Tribunal Constitucional reconoce como prevalente a la

dignidad de las instituciones públicas, que deben soportar un cierto riesgo de que sus derechos subjetivos resulten afectados por opiniones o informaciones de interés general, pues así lo requieren el pluralismo político, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los cuales no existe sociedad democrática, habiendo añadido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que dicha libertad de expresión no se aplica solamente a las informaciones o ideas que se reciben favorablemente o se consideran inocuas o indiferentes, sino también a las que ofenden, hieren o molestan.- .

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