La tenacidad de un 'supercomisario'

Roger Boslé ha logrado, después de tres años de persecución, desmantelar la cúpula de ETA

La satisfacción del comisario francés Roger Boslé, que durante los tres últimos años ha dedicado gran parte de su tiempo y sus esfuerzos a la tarea de perseguir a los miembros de ETA escondidos en el Suroeste de su país, se materializó en la noche del domingo en la amplia sonrisa que lucía en el hotel Mercure de Bayona. Por dos veces había estado a punto de cazar al hombre más buscado en España y Francia, el dirigente de ETA Francisco Múgica Garmendia, Artapalo. Por fin, a la tercera, Boslé ha conseguido colocar las esposas a Pakito, alias por el que lo conoce la policía francesa...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La satisfacción del comisario francés Roger Boslé, que durante los tres últimos años ha dedicado gran parte de su tiempo y sus esfuerzos a la tarea de perseguir a los miembros de ETA escondidos en el Suroeste de su país, se materializó en la noche del domingo en la amplia sonrisa que lucía en el hotel Mercure de Bayona. Por dos veces había estado a punto de cazar al hombre más buscado en España y Francia, el dirigente de ETA Francisco Múgica Garmendia, Artapalo. Por fin, a la tercera, Boslé ha conseguido colocar las esposas a Pakito, alias por el que lo conoce la policía francesa.Desde que en 1989 se hizo cargo de la coordinación de la política antiterrorista en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos, Boslé, cuya edad y estado civil son considerados secretos de estado por sus secretaria, ha ido descabezando a la cúpula dirigente de la organización etarra.

Después de tomar posesión de su cargo, Boslé llevó a cabo una reorganización de los cuerpos policiales que estaban bajo su responsabilidad. Retiró a la Polícía de Aire y Fronteras (PAF) las competencias que hasta entonces había tenido en el llamado "problema vasco" y otorgó esas funciones al Servicio General de Información y a la Policía Judicial. La medida ponía fin a las rencillas que hasta entonces existían entre los distintos cuerpos policiales, que a veces entraban en clara competencia sobre un mismo asunto.

Al tiempo que pone en marcha un nuevo diseño de trabajo para los distintos cuerpos policiales -PAF, Renseignements Generaux, Gendarmería, Servicio general de Información y Policía Judicial-, estrecha las relaciones en España con los responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y en particular con los de Guardia Civil. El Ministerio de Interior designa a dos funcionarios para trabajar directamente con Roger Boslé en Pau, donde se encuentra su despacho, y dos agentes franceses son trasladados a Vitoria.

La colaboración hispano francesa posibilita una mayor fluidez de las informaciones sobre ETA. Así, en septiembre de 1990 la policía consigue detener en Francia a José Javier Zabaleta Elosegui, Baldo. Este arresto supone la condecoración en España de seis agentes de la Policía Judicial francesa con la Cruz del distintivo blanco de la Guardia Civil. La presencia de Roger Boslé y sus hombres en la festividad de la Patrona de la Guardia Civil en San Sebastián, el 12 de octubre de 1990, es interpretado como un "reconocimiento a la colaboración entre Francia y España". Vestía en esa ocasión un traje mil rayas de color azul y un pañuelo morado en el bolsillo, el mismo atuendo que llevaba el día que conseguió atrapar a los hombres más perseguidos de ETA.

Antes de ser nombrado coordinador de la política antiterrorista, Boslé estuvo destinado en Estrasburgo. Poco antes, como jefe de la Policía Judicial de Bayona, había dirigido la lucha policial contra los miembros de los GAL cuando cometían atentados en esa zona de Francia.

Sus subordinados de la Policía Judicial hablan de él con respecto y admiración, y recuerdan la frase que ha pronunciado en todas sus comparecencias cuando se le preguntaba sobre Artapalo: "Confié en la pronta detención del responsable de ETA".

Sobre la firma

Archivado En