Tribuna:

Empieza el puente

La renta variable se está convirtiendo en un terreno excesivamente resbaladizo para el gusto de los inversores, de ahí que la mayoría de ellos esté cancelando posiciones o limite sus riesgos a plazos relativamente cortos. Esta actitud, aparentemente contraria a las recomendaciones de los analistas, viene motivada por la capacidad de contagio de unas bolsas sobre otras, sobre todo ante los resultados negativos. Otro factor a tener en cuenta es la festividad de mañana jueves que, aunque habrá mercado en Barcelona, dará lugar a un amplio paréntesis de inactividad. Así las cosas, el volumen del ne...

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La renta variable se está convirtiendo en un terreno excesivamente resbaladizo para el gusto de los inversores, de ahí que la mayoría de ellos esté cancelando posiciones o limite sus riesgos a plazos relativamente cortos. Esta actitud, aparentemente contraria a las recomendaciones de los analistas, viene motivada por la capacidad de contagio de unas bolsas sobre otras, sobre todo ante los resultados negativos. Otro factor a tener en cuenta es la festividad de mañana jueves que, aunque habrá mercado en Barcelona, dará lugar a un amplio paréntesis de inactividad. Así las cosas, el volumen del negocio ha descendido con fuerza hasta situarse cerca de los 11.000 millones de pesetas efectivas, una cifra justo en el límite que define un mercado con posibilidades.El índice, a la baja durante toda la jornada, consiguió dejarse llevar por la inercia habitual del cierre, aprovechando que la Bolsa de Nueva York mantenía una cierta tendencia al equilibrio. Asimismo que la Bolsa de Londres subió 20 puntos y que, en la madrugada anterior, el índice Nikkei de Tokio había recuperado 80 yenes.

La subida de 0,35 puntos obliga a hacer referencia al ya familiar soporte del 260% del que la Bolsa española no consigue despegarse, ni hacia arriba ni hacia abajo.

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