Huelga general de estudiantes en Portugal contra la selectividad

Los estudiantes portugueses de enseñanza secundaria están en huelga general por tiempo indefinido contra la prueba general de acceso a la universidad (PGA). El paro tiene desde su inicio, el martes pasado, una adhesión prácticamente unánime por parte de los estudiantes y de varios sindicatos de profesores. El éxito de la movilización llevó a los organizadores a exigir la anulación completa de los exámenes ya realizados y la dimisión del ministro de Enseñanza.No se recuerda una movilización estudiantil semejante en Portugal desde los tiempos de la revolución de los claveles, con concentr...

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Los estudiantes portugueses de enseñanza secundaria están en huelga general por tiempo indefinido contra la prueba general de acceso a la universidad (PGA). El paro tiene desde su inicio, el martes pasado, una adhesión prácticamente unánime por parte de los estudiantes y de varios sindicatos de profesores. El éxito de la movilización llevó a los organizadores a exigir la anulación completa de los exámenes ya realizados y la dimisión del ministro de Enseñanza.No se recuerda una movilización estudiantil semejante en Portugal desde los tiempos de la revolución de los claveles, con concentraciones y manifestaciones de norte a sur del país y en prácticamente todas las localidades donde existen institutos y colegios. Las autoridades escolares decidieron el primer día cerrar los centros "por medidas de seguridad", contribuyendo así al éxito de la huelga, que registró un índice de participación de entre el 90% y el 95%, según las asociaciones estudiantiles.

La prueba de acceso a la universidad (PGA), instituida en Portugal hace tres años con el objetivo de verificar la madurez y cultura general de los candidatos a la enseñanza universitaria, consiste esencialmente en interpretar y comentar un texto corto y demostrar si se domina la lengua portuguesa.

A pesar de reconocer la necesidad de alguna forma de selección, los adversarios de la prueba consideran que la PGA es fuertemente "elitista", porque no incide sobre ninguna materia específica del programa de estudios y favorece a los alumnos que proceden de las familias de más alto nivel social y cultural. Se trata, afirman, de una mera "selección previa", que cierra definitivamente la puerta de las universidades a miles de estudiantes, impide a otros escoger el curso de su preferencia y no dispensa a aquellos que obtuvieron las mejores notas de los exámenes específicos exigidos por algunas universidades o facultades.

El Gobierno portugués autorizó a las universidades la subida de las matrículas como fórmula de autofinanciación, prometiendo en contrapartida un aumento de las becas y de las ayudas sociales destinadas a los estudiantes que carecen de recursos. Según el primer ministro, Cavaco Silva, el precio actual de las matrículas en Portugal -que no ha aumentado desde hace cerca de 40 años- cubre una parte ínfima del coste de funcionamiento de los centros, impidiendo que el aumento de subvenciones se traduzca en una mejora de la calidad de enseñanza.

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