Dramático discurso de Major contra la independencia de Escocia

El primer ministro británico, John Major, pronunció ayer un dramático discurso contra la independencia de Escocia. La ruptura de la Unión entrañaría, según Major, "graves peligros" que no afectarían "solamente a Gran Bretaña, sino a toda Europa". El líder conservador viajó ayer a Glasgow, la capital industrial escocesa e histórico feudo laborista, con el objetivo de animar las magras expectativas electorales de su partido en el país del whisky y del petróleo del mar del Norte.

El ambiente político es ya decididamente electoral en el Reino Unido, a pesar de que se desconoce todavía la fe...

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El primer ministro británico, John Major, pronunció ayer un dramático discurso contra la independencia de Escocia. La ruptura de la Unión entrañaría, según Major, "graves peligros" que no afectarían "solamente a Gran Bretaña, sino a toda Europa". El líder conservador viajó ayer a Glasgow, la capital industrial escocesa e histórico feudo laborista, con el objetivo de animar las magras expectativas electorales de su partido en el país del whisky y del petróleo del mar del Norte.

El ambiente político es ya decididamente electoral en el Reino Unido, a pesar de que se desconoce todavía la fecha de la disolución del Parlamento. Todos los indicios señalan que Major convocará las elecciones poco después del 10 de marzo, día de la presentación de los presupuestos del Estado. El 9 de abril se considera la fecha más probable para la celebración de elecciones, en las que se podrá comprobar si el auge del independentismo escocés es o no tan pronunciado como indican las encuestas, según las cuales entre el 35% y el 50% de los escoceses quieren poner fin a la Unión.Los conservadores se han quedado solos en su defensa del Reino Unido tal como ha existido en los últimos tiempos. Los laboristas, que con 48 de los 72 escaños escoceses son la fuerza hegemónica, propu nan una amplia autonomía para el país, con Parlamento propio y competencias fiscales Los liberal-demócratas, segunda fuerza con diez escaños, quieren también la autonomía. La escasa implantación de los conservadores -nueve escaños- puede ser aún menor tras las próximas elecciones. Algunos sondeos pronostican una catástrofe para los candidatos tories escoceses.

Hacer concesiones

La gran mayoría de que disponen laboristas y liberal-demócratas, los partidos autonomistas, parece haber convencido a Major y al resto de los dirigentes conservadores de Londres de que habrá que hacer concesiones. De lo contrario, temen, el independentista y pujante Partido Nacional Escocés (SNP) podría recoger los votos de la frustración nacionalista. Es muy probable que empiece a discutise la autonomía inmediatamente después de las elecciones, si los conservadores obtienen un mal resultado.

Pero mientras, la actitud oficial conservadora se mantiene dentro del más estricto unionismo. Los estrategas del partido han apostado por atraerse al menos todos los votos de los escoceses probritánicos. Major hizo ayer en Glasgow un encendido canto a los logros imperiales obtenidos por la Unión de ingleses, escoceses, irlandeses y galeses.

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