El líder demócrata-liberal británico admite que tuvo una relación extramatrimonial
El presidente del Partido Demócrata-Liberal británico, Paddy Ashdown, hizo público ayer que en 1986 mantuvo una breve relación extramatrimonial con Tricia Howard, por entonces una de sus secretarias. Ashdown se vio forzado a anunciar este antiguo incidente personal después de que un documento privado sobre tal relación fuera sustraído, entre muchos otros papeles, de la caja fuerte del despacho de abogados londinense Bates, Wells and Braithwaite el pasado 11 de enero.Dos semanas después del robo, el documento llegó a manos del News of the World, un periódico amarillo especialmente infame...
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El presidente del Partido Demócrata-Liberal británico, Paddy Ashdown, hizo público ayer que en 1986 mantuvo una breve relación extramatrimonial con Tricia Howard, por entonces una de sus secretarias. Ashdown se vio forzado a anunciar este antiguo incidente personal después de que un documento privado sobre tal relación fuera sustraído, entre muchos otros papeles, de la caja fuerte del despacho de abogados londinense Bates, Wells and Braithwaite el pasado 11 de enero.Dos semanas después del robo, el documento llegó a manos del News of the World, un periódico amarillo especialmente infame, que inmediatamente ofreció dinero a Tricia Howard a cambio de su historia.
Los abogados de Paddy Ashdown consiguieron una orden judicial que impedía la publicación del documento robado, pero la noticia circuló con rapidez y el lunes pasado era ya un secreto a voces.
El periódico The Daily Mirror publicó ayer en portada un enorme titular que decía: 'Robo escandaloso. Lo que no podemos contar'. Y hablaba de un "escándalo sentimental que afecta a un importante político". Esto decidió al presidente de los liberaldemócratas a dar a conocer el hecho y acabar con los rumores.
El Partido Demócrata-Liberal es la tercera fuerza política británica, con el 15% de los votos, pero Ashdown disfruta de una popularidad personal extraordinaria. El electorado le considera más capacitado que sus dos rivales, el conservador John Major y el laborista Neil Kinnock, y su buen estilo está por encima de toda discusión. No ha recurrido nunca a descalificaciones personales, ni siquiera en una precampaña electoral tan sucia como la presente.