Cartas al director

El corazón en un puño

Soy un chico de 16 años que procura estar al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor. Por la profesión de mi padre me encuentro ahora en Santiago de Chile, pero recibo su estupendo diario todas las semanas.Hace unos días acabé de leer el espeluznante artículo Odio y muerte en Vukovar. Ello coincidió con un reportaje sobre el mismo tema que la televisión chilena emitió aquella noche. Aquellos chavales asustados, aquellas madres histéricas, aquellos ancianos destrozados, aquellos hermanos aniquilándose por un pedazo de tierra, me dejaron con el corazón en un puño. Aquella noche lloré. ...

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Soy un chico de 16 años que procura estar al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor. Por la profesión de mi padre me encuentro ahora en Santiago de Chile, pero recibo su estupendo diario todas las semanas.Hace unos días acabé de leer el espeluznante artículo Odio y muerte en Vukovar. Ello coincidió con un reportaje sobre el mismo tema que la televisión chilena emitió aquella noche. Aquellos chavales asustados, aquellas madres histéricas, aquellos ancianos destrozados, aquellos hermanos aniquilándose por un pedazo de tierra, me dejaron con el corazón en un puño. Aquella noche lloré. Lloré por esa ciudad que ya no existe por esos bebés destrozados por las granadas, por aquellos heridos amontonándose en los autobuses de evacuación, por la mierda de mundo en que vivimos.

No puedo comprender cómo en pleno siglo XX, y a las puertas del XXI, es posible engendrar una guerra tan sanguinaria como absurda e inútil. Con esta carta busco expresar mi total y absoluto desacuerdo y repulsa hacia no sólo ésta, sino todas las guerras.-

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