Cartas al director

Golpeado y 'retenido'

Mi primo hermano Ramón Molina Blázquez no es uno de esos intelectuales protestones que tanto desagradan a los señores Rodríguez Ibarra y Corcuera. Casi nunca ha salido de su pueblo, Úbeda, de modo que no pudo participar en aquella manifestación contra la Ley de Seguridad Ciudadana que, según el intachable señor Mohedano, estaba llena de drogadictos. Mi primo Ramón tenía 10 años cuando murió el general Franco, así que no puede acordarse de las chulerías y las brutalidades que dedicaban a los luchadores antifranquistas los gerifaltes de la Brigada Político Social. Pero mi primo, que no es intele...

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Mi primo hermano Ramón Molina Blázquez no es uno de esos intelectuales protestones que tanto desagradan a los señores Rodríguez Ibarra y Corcuera. Casi nunca ha salido de su pueblo, Úbeda, de modo que no pudo participar en aquella manifestación contra la Ley de Seguridad Ciudadana que, según el intachable señor Mohedano, estaba llena de drogadictos. Mi primo Ramón tenía 10 años cuando murió el general Franco, así que no puede acordarse de las chulerías y las brutalidades que dedicaban a los luchadores antifranquistas los gerifaltes de la Brigada Político Social. Pero mi primo, que no es intelectual, ni drogadicto, ni un nostálgico del antifranquismo, cometió el otro día el error imperdonable, según relata EL PAÍS es su edición de Andalucía (10 de diciembre de 1991) y en la nacional (11 de diciembre de 199 l), de salir a la calle sin llevar consigo el carné de identidad, mereciendo por dicho delito una paliza brutal a cargo de un policía sin duda muy celoso del cumplimiento de su deber. El señor Mohedano, ex defensor aguerrido de los derechos humanos (y perdón por el sarcasmo y por la cacofonía), tiene motivos para felicitar a un funcionario tan cabal.Mi primo, que ha leído muy pocos libros en su vida, no conocerá unas palabras de Luis Cernuda de las que no paro de acordarme últimamente, aunque podría haberlas suscrito sin vacilación a lo largo de las cinco horas en que fue golpeado y retenido sin poder llamar por teléfono a sus padres ni a un abogado: "La real para ti no es esa España obscena y deprimente / en la que regentea hoy la canalla". Aunque, puestos a recordar citas, a mí me gustaría aprovechar esta carta para ofrecerle a mi primo unas palabras que pronuncia un gánster en La jungla de asfalto: "Nunca te fíes de un policía. Cuando menos lo esperas se ponen de parte de la ley". De la ley Corcuera, por supuesto.-

Escritor.

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