Tribuna:

Temor y desconcierto

Un mal IPC y el buen comportamiento de los mercados internacionales han provocado un pequeño caos en los esquemas de comportamiento de los inversores españoles. Si a primeras horas de la mañana estaban dispuestos a seguir a Tokio y Wall Street, cuando se hizo público el incremento de los precios al consumo en noviembre todo fueron dudas y vacilaciones. El índice llegó a subir casi tres puntos al comienzo de la sesión, pero cuando hubo tiempo para analizar el contenido del IPC -excesivamente alto si se descuenta la alimentación- se procedió a la, retirada de posiciones, tanto por la propia situ...

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Un mal IPC y el buen comportamiento de los mercados internacionales han provocado un pequeño caos en los esquemas de comportamiento de los inversores españoles. Si a primeras horas de la mañana estaban dispuestos a seguir a Tokio y Wall Street, cuando se hizo público el incremento de los precios al consumo en noviembre todo fueron dudas y vacilaciones. El índice llegó a subir casi tres puntos al comienzo de la sesión, pero cuando hubo tiempo para analizar el contenido del IPC -excesivamente alto si se descuenta la alimentación- se procedió a la, retirada de posiciones, tanto por la propia situación interna como porque no estaba claro que Wall Street estuviera registrando una simple reacción técnica.Si se evalúa esta sesión a través del volumen negociado, hay que considerar el intento de reacción como algo completamente vacío, ya que el mercado continuo no consiguió superar los 9.000 millones de pesetas efectivas, lo que significa que las tomas de posiciones y posteriores abandonos apenas han tenido importancia en la evolución del mercado. Habrá que dejar pasar algo de tiempo para que el efecto de la inflación desaparezca y se pueda centrar la atención en Wall Street. Al cierre el índice ganó 1,27 puntos, pero en la semana pierde 4,44.

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