50 encapuchados asaltan dos locales de Alcalá de Henares y hieren a golpes a seis personas

Cincuenta jóvenes encapuchados con pañuelos y pasamontañas de tipo militar asaltaron la noche del viernes la discoteca Benja, de Alcalá de Henares (Madrid), y golpearon con palos, cadenas y bates de béisbol a cinco clientes y al dueño del establecimiento. Los asaltantes lanzaron botes de humo y destrozaron máquinas recreativas, una televisión y un video. Mientras tanto, una decena de jóvenes se separó de los asaltantes de la discoteca para dirigirse hacia el bar Frai's and Rold's, situado enfrente, donde rompieron los cristales. Después arremetieron contra las motocicletas aparcadas en la zona...

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Cincuenta jóvenes encapuchados con pañuelos y pasamontañas de tipo militar asaltaron la noche del viernes la discoteca Benja, de Alcalá de Henares (Madrid), y golpearon con palos, cadenas y bates de béisbol a cinco clientes y al dueño del establecimiento. Los asaltantes lanzaron botes de humo y destrozaron máquinas recreativas, una televisión y un video. Mientras tanto, una decena de jóvenes se separó de los asaltantes de la discoteca para dirigirse hacia el bar Frai's and Rold's, situado enfrente, donde rompieron los cristales. Después arremetieron contra las motocicletas aparcadas en la zona.

Grupos de jóvenes "bien organizados", según varios testigos, se dieron cita en un parque cercano a la calle Postigo, donde se encuentran los dos locales. Ante la atónita mirada de los clientes de un bar próximo, comenzaron a colocarse pasamontañas, pañuelos y bufandas para ocultar sus rostros, y a repartir palos, cadenas y bates de béisbol que llevaban en un saco. El propietario de este bar telefoneó inmediatamente a la policía. Según uno de los camareros, tras sacar los objetos contundentes, salieron corriendo hacia la discoteca.Al llegar al local, de dos plantas, lanzaron botes de humo en la planta superior, en la que estaban cinco clientes y el dueño. Inmediatamente irrumpieron golpeando indiscriminadamente a quienes encontraban.

El dueño de la discoteca tuvo que ser trasladado en un coche patrulla de la policía local a un ambulatorio. Posteriormente relató, tras advertir que nunca más dejará entrar un militar en su local, que se encontraba en la entrada cuando aparecieron en la calle los jóvenes con bufandas, pañuelos y pasamontañas militares. Tras amenazarle, le golpearon con una barra de hierro cuando intentaba impedirles el paso y le hirieron en la cara, a la vez que lanzaban un cóctel molotov, que no llegó a explotar, y varios botes de humo "de características militares".

Al oír los gritos, los clientes, unos 70 jóvenes de 16 a 22 años que se encontraban en la pista de baile de la planta baja, intentaron subir por las escaleras, pero un encapuchado les arrojó una televisión impidiéndoles el paso, a lo que también contribuyó el denso humo existente. Según una joven que se encontraba en la discoteca, alguno de sus compañeros presentaban signos de intoxicación debido al humo. El local fue desalojado por una puerta de emergencia.

"Creíamos que estaban disparando", dice Ana, que escuchó ruidos similares a disparos, producidos por la caída de la televisión por las escaleras. En ese momento, muchos de los que estaban bailando se arrojaron al suelo, mientras el humo se extendía por el local. Las escenas de pánico proliferaron cuando todo había terminado y los jóvenes observaron los destrozos y, sobre todo, al dueño con la cara ensangrentada.

Un joven que estaba en la parte superior del local relataba ayer cómo se escondió, junto con cuatro chicas, en uno de los servicios, con la buena suerte de que los encapuchados no los vieron a causa del denso humo.

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Mientras se producían estos incidentes, otro grupo destrozó los cristales del bar Frai's and Rold's y las motocicletas aparcadas en la puerta. Camareros y clientes del bar, donde se produjo el pánico, confirmaron que los pasamontañas de los agresores eran verdes y negros, como los usados en el Ejército, y pudieron observar que los que cubrían sus caras con pañuelos tenían el pelo cortado "a lo mili", informa Luz Sánchez Mellado. Numerosos testigos expresaron ayer su creencia de que los agresores eran miembros de la Brigada Paracaidista (Bripac), con sede en Alcalá. Se basan para afirmarlo en la perfecta organización del grupo y en el aspecto de sus componentes, además del historial de altercados en los que se ha visto incolucrados.

Sin embargo, el comandante Nalda, oficial de guardia del cuartel de la brigada el pasado viernes, declaró ayer a este diario que, tras ponerse en contacto con la comisaría de Alcalá, no tiene constancia de que miembros de la unidad hayan intervenido en los incidentes, informa Miguel González.

Uno de los testigos relató: "Empezaron a correr hacia la discoteca Benja y la policía no venía. Se metieron allí, echaron los botes de humo y la liaron. A los tres minutos ya no había nadie dentro de la discoteca. Se dispersaron rápidamente y por distintos sitios, tal como habían llegado. Estaban muy bien organizados". "No puede verles las caras, pero seguro que eran militares. No eran cabezas rapadas porque no llevaban sus botas ni sus ropas", recalcó.

Un camarero asegura que junto a un semáforo de la calle de los Reyes Católicos, situado a unos 50 metros de la discoteca donde ocurrieron los incidentes, se encontraba un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía con las luces apagadas mientras se sucedían los destrozos.

El fin de semana anterior, seis soldados de la brigada resultaron heridos en una reyerta en las inmediaciones de la discoteca Benja. Uno de ellos, de 19 años, recibió una puñalada en la espalda y fue trasladado al hospital Gómez Ulla de Madrid. Otro fue atendido en el hospital de Alcalá' con heridas de pronóstico reservado. Una llamada recibida en la comisaría de Alcalá señalaba que un soldado herido por arma blanca y otros con contusiones habían regresado en el cuartel.

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