Tribuna:

Tranquilidad relativa

Los inversores, aquellos que aún tienen papel que vender, han optado por abandonar la Bolsa ante el largo fin de semana que se avecina. Madrid va a permanecer cerrado hasta el próximo martes, un plazo excesivo dadas las circunstancias y en el que los mercados internacionales se mantendrán activos.La apuesta se planteaba en términos de auténtica lotería, ya que mantener posiciones sin poder cambiarlas mientras se producen acontecimientos en el exterior se acerca más a un juego de azar que a cualquier actitud inversora, por arriesgada que sea.

La jornada se ha caracterizado por un ligero ...

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Los inversores, aquellos que aún tienen papel que vender, han optado por abandonar la Bolsa ante el largo fin de semana que se avecina. Madrid va a permanecer cerrado hasta el próximo martes, un plazo excesivo dadas las circunstancias y en el que los mercados internacionales se mantendrán activos.La apuesta se planteaba en términos de auténtica lotería, ya que mantener posiciones sin poder cambiarlas mientras se producen acontecimientos en el exterior se acerca más a un juego de azar que a cualquier actitud inversora, por arriesgada que sea.

La jornada se ha caracterizado por un ligero exceso de papel que mantuvo al índice general a la baja durante todo el tiempo.

Las únicas variaciones se produjeron cuando algún precio alcanzaba un nivel aceptable para los inversores o insoportable para el cuidador, dándose los primeros casos a lo largo de la mañana y los segundos en los cinco últimos minutos de contratación.

Wall Street abrió otra vez a la baja, pero la tranquilidad parecía imponerse tras esos primeros minutos negativos, lo que permitió el libre juego institucional en la Bolsa española que limitó la baja del índice a sólo 1,07 puntos, una cantidad ciertamente insignificante si se compara a los 2,39 puntos que llegó a ceder a media mañana.

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