Apague y lea

Ni Masoch ni el mismísimo marqués de Sade se perderían un solo día nuestra televisión. Con el gran número de concursos con que nos castigan semanalmente (o debería decir diariamente) llegarían a ese estado gozoso y morboso que conseguían a base de sufrimiento.Nunca me gustaron los concursos televisivos. No entiendo cómo personas normales pueden agolparse delante de la tele a ver cómo dos ancianos se llevan un deportivo o cómo un matrimonio cuenta sus intimidades a media España, o bien comprobar el

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Ni Masoch ni el mismísimo marqués de Sade se perderían un solo día nuestra televisión. Con el gran número de concursos con que nos castigan semanalmente (o debería decir diariamente) llegarían a ese estado gozoso y morboso que conseguían a base de sufrimiento.Nunca me gustaron los concursos televisivos. No entiendo cómo personas normales pueden agolparse delante de la tele a ver cómo dos ancianos se llevan un deportivo o cómo un matrimonio cuenta sus intimidades a media España, o bien comprobar el

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nivel cultural de los concursantes cuando a la pregunta de quién ascendió por primera vez el Everest responden: John Everest.

Quizá es que toda esta gente, de la que se nutren los índices de audiencia, sean discípulos de Sade y Masoch, aunque más bien cree, que son productos del ocio mal entendido y la incultura.

Lo dicho: apague y lea (o lo que sea).- Armando Muñoz Ribes.