El 'nuevo orden' del tráfico

Un día muy normal

Ayer era un martes como otro cualquiera, según el gabinete municipal de Tráfico. A las 8.15, la Castellana sufría una intensidad media de vehículos del 90%. Las dos carreteras de circunvalación, la M-30 y la M-40, amanecían cargadas, como es costumbre a estas horas, y presentaban fortísimas retenciones en los alrededores del llamado nudo Norte y del nudo de Manoteras, en el que ambas se unen.Las incidencias que trastornaron el tráfico en distintos puntos de las carreteras de Madrid también pueden calificarse de normales. El que la autopista de La Coruña tuviera retenciones desde el pala...

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Ayer era un martes como otro cualquiera, según el gabinete municipal de Tráfico. A las 8.15, la Castellana sufría una intensidad media de vehículos del 90%. Las dos carreteras de circunvalación, la M-30 y la M-40, amanecían cargadas, como es costumbre a estas horas, y presentaban fortísimas retenciones en los alrededores del llamado nudo Norte y del nudo de Manoteras, en el que ambas se unen.Las incidencias que trastornaron el tráfico en distintos puntos de las carreteras de Madrid también pueden calificarse de normales. El que la autopista de La Coruña tuviera retenciones desde el palacio de La Moncloa hasta el kilómetro 23 hasta las once de la mañana -por culpa de un camión averiado en el carril derecho en dirección al centro -no es algo extraordinario. Esta vía de entrada a la ciudad sólo tiene conexión con la M-30 en dirección sur, y eso la sentencia a tener siempre complicaciones.

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Los más madrugadores se encontraron con retenciones en la autovía de Barcelona, a la altura de su conexión con la M-30, Un accidente a las 6.30 complicó las cosas en un punto ya difícil de por sí.

Lo peor estuvo en la carretera de Colmenar Viejo. A las 8.30 hubo una colisión de dos vehículos justo a la salida de Madrid. Esto, unido a las obras que se están realizando entre el kilómetro 9 y el kilómetro 12 de dicha carretera, convirtió esta salida de Madrid en un infierno. Los expertos saben que tan monumental retención se produjo a causa de las obras, pero también por la curiosidad sin límites de los conductores, que disminuyen la marcha de sus automóviles para observar cualquier cosa espectacular que se cruce en su camino.

El atasco en el nudo Norte se mantuvo hasta casi las once de la mañana. Que durase tanto es lo único que no, fue normal, según el gabinete municipal, que no tenía noticias de que en el centro de Madrid iba a producirse a mediodía una manifestación de ciegos. Este hecho también se puede considerar parte del normal discurrir de una jornada en el tráfico madrileño. La mayoría de las pequeñas manifestaciones que en las últimas semanas cortan carreteras, vías ferroviarias y arterias centrales de la ciudad son ilegales.

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