Longinos Sánchez vuelve la espalda a Peiró y denuncia al BEF por "sentirse estafado"

Longinos Sánchez, primer accionista del Banco Europeo de Finanzas (BEF), ha denunciado a la entidad por los pagarés forales falsos. Fuentes cercanas al empresario explicaron que se siente "estafado por el banco y por Francisco Peiró, que le han hecho perder cientos de millones". EI constructor vuelve así la espalda al que fuera su valedor en la entidad, que permanece en Carabanchel. Mientras tanto, las autoridades siguen rastreando entre los más de 11.000 folios contenidos en la documentación confidencial obtenida por el juez en la consigna de la estación de Chamartín.

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Longinos Sánchez, primer accionista del Banco Europeo de Finanzas (BEF), ha denunciado a la entidad por los pagarés forales falsos. Fuentes cercanas al empresario explicaron que se siente "estafado por el banco y por Francisco Peiró, que le han hecho perder cientos de millones". EI constructor vuelve así la espalda al que fuera su valedor en la entidad, que permanece en Carabanchel. Mientras tanto, las autoridades siguen rastreando entre los más de 11.000 folios contenidos en la documentación confidencial obtenida por el juez en la consigna de la estación de Chamartín.

El culebrón del Banco Europeo de Finanzas sigue ofreciendo nuevos capítulos. La última novedad es la separación de dos de los socios que protagonizaron la última etapa de expansión de la entidad. Longinos Sánchez, propietario del 18% del BEF, ha vuelto la espalda al que apoyara durante meses como presidente de la entidad, Francisco Peiró, que permanece encarcelado en espera de que el juez decida sobre el recurso interpuesto por su abogado contra la fianza de 500 millones.El constructor madrileño ha decidido, después de mantener varias reuniones con el Banco de España y prever el rumbo de los acontecimientos, desligarse de un proceso que podría ser peligroso para muchos consejeros de la sociedad. Longinos Sánchez ha desarrollado una doble actividad para escapar de la lista de posibles implicados en el proceso. Por un lado, ha cumplido todas las exigencias de la autoridad monetaria de avalar los cerca de 1.000 millones de pesetas de créditos y riesgos (descuento de papel) contraídos con el BEF y por otro, ha denunciado a la entidad por sentirse estafado.

Según fuentes cercanas al primer accionistas del BEF, "Longinos se siente estafado por Peiró, porque no le contó ninguna de las irregularidades existentes en el banco antes de que comprara sus acciones". Longinos Sánchez adquirió su primer paquete accionarial (un 6,15%) en septiembre de 1990, al comprarle parte de su participación a José del Alcázar. Posteriormente acudió a las dos ampliaciones de capital realizadas en junio y agosto pasado, hasta hacerse con más de un 18% del BEF, por lo que pagó 600 millones de pesetas.

Las citadas fuentes no niegan que las empresas de este constructor hubieran obtenido cerca de 1.000 millones de pesetas de financiación del BEF, incumpliendo la normativa de la Ley de Disciplina Bancaria. "Es verdad que tuviéramos 860 millones de pesetas en descuento de papel y otros 140 en créditos, pero ya hemos aclarado al Banco de España que nadie nos dijo que eso estaba prohibido. Además hemos avalado la totalidad de las deudas, según nos ha exigido la autoridad monetaria", añadieron.

En cuanto a las irregularidades encontradas en el banco, el constructor niega que tuvieran conocimiento de los pagarés forales falsificados o del dinero desaparecido de la entidad. "Tanto es así", indicaron esas fuentes, "que el pasado 31 de octubre hemos presentado denuncia contra el BEF, al enterarnos de la existencia de esos pagarés. Además, tenemos dos requerimientos notariales contra los administradores del banco, presentado en mayo y junio, pidiendo informaciones que nos han sido negadas".

El consejo discrepa

Estas exculpaciones no terminan que convencer al resto de los consejeros del BEF, que aseguran que Longinos Sánchez ha participado muy activamente en la gestión del banco y del grupo Eurocapital, a través de dos de sus hijos, Javier y Juan Carlos, y de su yerno Ignacío Hornedo, todos ellos ejecutivos del grupo. "Nosotros estábamos allí para aprenderlel oficio", indicaron las citadas fuentes, "y además ningún miembro de la familia tenía firma en el grupo".Mientras tanto, el juez Miguel Moreiras sigue adelante con sus investigaciones sobre el BEF, ayudado por los inspectores del Banco de España y el Servicio de Vigilancia Ejecutiva de de Control de Cambios. El trabajo se está realizando lentamente, ya que la documentación encontrada en dos taquillas de la consigna de la estación de Chamartín contenía más de 11.000 de información confidencial.

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