Tribuna:

Simplemente gris

La caída del pasado viernes en la Bolsa de Nueva York no ha provocado un lunes negro en los mercados de valores, tal vez porque en estos lares ya se han descontado todo tipo de posibilidades desde hace un par de semanas. La Bolsa de Madrid llegó a perder algo más de cinco puntos en un par de ocasiones, pero, sea porque haya poco papel en el mercado, sea porque Wall Street abrió con una reacción técnica que sujetaba al mercado, el caso es que el índice madrileño se salvó de ceder un 2%.Al margen de esta actuación de la bolsa neoyorquina, hay que considerar la situación que atraviesa la economía...

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La caída del pasado viernes en la Bolsa de Nueva York no ha provocado un lunes negro en los mercados de valores, tal vez porque en estos lares ya se han descontado todo tipo de posibilidades desde hace un par de semanas. La Bolsa de Madrid llegó a perder algo más de cinco puntos en un par de ocasiones, pero, sea porque haya poco papel en el mercado, sea porque Wall Street abrió con una reacción técnica que sujetaba al mercado, el caso es que el índice madrileño se salvó de ceder un 2%.Al margen de esta actuación de la bolsa neoyorquina, hay que considerar la situación que atraviesa la economía española, que se encuentra en pleno enfriamiento y con una serie de variables anunciando tormenta a medio plazo.

La situación pasa por el descuento, finalmente, de la recesión de la economía norteamericana por parte de una Bolsa que ha ignorado el dato hasta ahora, y lo peor es que llega en un mal momento para el resto de las economías occidentales, también con problemas inmediatos.

La Bolsa española, por ejemplo, se ha lanzado con fuerza a romper soportes, un ejercicio peligroso que le ha situado al borde del 246% y ya muy cerca de lo que supone su test más importante, el 240%. El índice terminó perdiendo un 1,46%, 3,76 puntos.

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