La disputa entre checos y eslovacos amenaza la unidad del país

Pocos días antes del segundo aniversario de la revolución de terciopelo aumenta la tensión en la disputa entre checos y eslovacos, y para muchos es sólo cuestión de tiempo la desintegración de Checoslovaquia. "Estamos hartos del Gran Hermano", declaró ayer el político nacionalista eslovaco Agustín Huska, segundo en el Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS). La meta de su partido, la segunda fuerza política de Eslovaquia, es "lograr la independencia total de Praga preferentemente con medios democráticos", pero Huska advirtió que estaban dispuestos a sacrificar "víctimas y ...

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Pocos días antes del segundo aniversario de la revolución de terciopelo aumenta la tensión en la disputa entre checos y eslovacos, y para muchos es sólo cuestión de tiempo la desintegración de Checoslovaquia. "Estamos hartos del Gran Hermano", declaró ayer el político nacionalista eslovaco Agustín Huska, segundo en el Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS). La meta de su partido, la segunda fuerza política de Eslovaquia, es "lograr la independencia total de Praga preferentemente con medios democráticos", pero Huska advirtió que estaban dispuestos a sacrificar "víctimas y sangre" por la causa.

El primer ministro de Eslovaquia, Jan Carnogursky, apeló a los parlamentarios de Bratislava para que no promovieran una declaración de independencia, auspiciada por el Partido Nacional Eslovaco (SNS), porque sería el fin de las negociaciones con la república checa.

En el Parlamento federal de Praga fracasaron también las discusiones sobre el referéndum propuesto por el presidente Václav Hável para decidir sobre el futuro de Checoslovaquia. Ninguno de los seis textos propuestos para el citado referéndum consumió la mayoría.

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