Cartas al director

Nobles tareas

Ha llegado noviembre, y como apelar a tu honor y al arraigo a la patria no daría el resultado deseado, son las listas las que se han encargado de apartarte de tu futuro para designarte un destino curioso: defender la patria. Es la primera vez, que lo haces, de ahí en un principio tu lógica vacilación, pero ¡no preocuparse, muchacho!, pues para ello recibirás una sólida formación que hará de ti un elemento útil en esta gran empresa.Llegarás a ser instruido en los más detallados avances sobre limpieza de grandes superficies de baño, así como del exterminio y desinfección de los lugares más recón...

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Ha llegado noviembre, y como apelar a tu honor y al arraigo a la patria no daría el resultado deseado, son las listas las que se han encargado de apartarte de tu futuro para designarte un destino curioso: defender la patria. Es la primera vez, que lo haces, de ahí en un principio tu lógica vacilación, pero ¡no preocuparse, muchacho!, pues para ello recibirás una sólida formación que hará de ti un elemento útil en esta gran empresa.Llegarás a ser instruido en los más detallados avances sobre limpieza de grandes superficies de baño, así como del exterminio y desinfección de los lugares más recónditos. Si algún fallo cometieses en este trabajo de precisión, armado sólo con tu puñal te dejarán ante un montón de patatas a pelar. Dentro de esta noble tarea no debemos descuidar el elemento psicológico, pues sólo a tí corresponde el ejercicio de pensar que todo esto que haces no es una pérdida de tiempo, y deberás ser muy cuidadoso en esta labor, pues son muy pocos los que lo consiguen.

Un día, quizás, producto de una novatada (arma muy rara, pues oficialmente no existen, pero ya han dejado muchos heridos y con el tiempo tal vez algún muerto), o un accidente en un vehículo militar (que se hubiese producido igualmente si hubieses estado en tu casa o jugando al fútbol), o un accidente con un explosivo (¿quién no tiene algún vecino o familiar que haya sufrido un percance manejando explosivos?). Como digo, alguno de estos avatares cotidianos hará que detrás de unas gafas oscuras salga un comandante de su retiro marcial y para el acontecimiento diga algunos versos: "Murió como un valiente, por la patria, naturalmente".

Los demás sólo diremos. "Adiós, muchacho", y pensaremos que hay mucho que cambiar.

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