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La primera entrega de información semestral ajustada a las nuevas y mayores exigencias de la autoridad bursátil ha sido bien acogida por el mercado. La abundancia de datos y, sobre todo, la aportación de elementos nuevos y la presentación de cifras comparativas con el periodo anterior facilitan el trabajo de analistas e inversores. A la Bolsa le quedaban todavía algunas rémoras, y la calidad de la información era una de ellas. Lástima que algunas sociedades -aunque sean poco significativas- incumplan su obligación de entregar información a las bolsas sin sufrir las sanciones previstas. Sin emb...

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La primera entrega de información semestral ajustada a las nuevas y mayores exigencias de la autoridad bursátil ha sido bien acogida por el mercado. La abundancia de datos y, sobre todo, la aportación de elementos nuevos y la presentación de cifras comparativas con el periodo anterior facilitan el trabajo de analistas e inversores. A la Bolsa le quedaban todavía algunas rémoras, y la calidad de la información era una de ellas. Lástima que algunas sociedades -aunque sean poco significativas- incumplan su obligación de entregar información a las bolsas sin sufrir las sanciones previstas. Sin embargo, faltan por incorporar algunos elementos de análisis a la Bolsa española, y uno de ellos es la generalización en la calificación (rating) de los emisores y sus emisiones.Las dificultades que han encontrado y encuentran algunos profesionales para introducir las sociedades de rating son una prueba de que queda camino que recorrer en el tema de la información. Sin embargo, el tema escapa a las atribuciones de la autoridad bursátil y debe ser el propio mercado, y especialemente algunos importantes emisores, quienes lo vayan asumiendo poco a poco.

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