El Rey dice que su encuentro con Cossiga ayuda a que los gobiernos se entiendan mejor

El rey Juan Carlos protagonizó ayer una insólita reunión con el presidente de Italia, Francesco Cossiga, a bordo del buque insignia de la Marina Militar de dicho país, el portaaeronaves Giuseppe Garibaldi, a unas 15 millas (algo menos de 30 kilómetros) de Palma de Mallorca. Probablemente por primera vez en un acto de este tipo, el Rey compareció ante micrófonos y cámaras de los medios de comunicación para improvisar una declaración al término de su entrevista.

Tras subrayar su amistad personal con Cossiga, el Rey, con uniforme de verano de la Armada, aseguró que este tipo de encuentros ...

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El rey Juan Carlos protagonizó ayer una insólita reunión con el presidente de Italia, Francesco Cossiga, a bordo del buque insignia de la Marina Militar de dicho país, el portaaeronaves Giuseppe Garibaldi, a unas 15 millas (algo menos de 30 kilómetros) de Palma de Mallorca. Probablemente por primera vez en un acto de este tipo, el Rey compareció ante micrófonos y cámaras de los medios de comunicación para improvisar una declaración al término de su entrevista.

Tras subrayar su amistad personal con Cossiga, el Rey, con uniforme de verano de la Armada, aseguró que este tipo de encuentros al máximo nivel "luego ayudan a que los Gobiernos se entiendan en las materias que tienen que hablar entre ellos".La comparecencia de los dos jefes de Estado en un rincón del bar de oficiales del buque en el que se agolpaban más de 50 periodistas españoles e italianos, estuvo precedida de una gran expectación, pues no es habitual que el Rey informe directamente a la Prensa de sus entrevistas, pero tampoco parecía natural que sólo hablara uno de los dos interlocutores.

Finalmente, comparecieron don Juan Carlos y Cossiga, flanqueados por sus respectivos ministros de Defensa, Julián García Vargas y Virginio Rognoni. Este último bromeó sobre la situación, originada por el distinto papel que la figura del jefe deEstado tiene en cada uno de los dos países, proponiendo que él se responsabilizaría de lo que dijera el Rey, mientras que su colega español debería asumir las palabras del presidente italiano. García Vargas declinó amablemente la invitación, quizá porque Cossiga acostumbra a levantar verdaderas tormentas políticas con sus declaraciones.

No fue ése el caso. Cossiga agradeció al Monarca que hubiera aceptado la invitación para viajar por unas horas a bordo del Garibaldi. El presidente italiano tuvo palabras de cariño hacia don Juan Carlos, a quien calificó de "ciudadano adoptivo" de su país, por haber nacido en Roma y cultivar la amistad con Italia. También destacó la estrecha colaboración que existe entre los dos países, que no tienen ningún contencioso bilateral y "deben asumir su responsabilidad como potencias mediterráneas".

El Rey ratificó las afirmaciones de Cossiga e insistió en que la visita al principal buque de guerra italiano, en aguas españolas, demuestra las relaciones de "vecindad y buena amistad que hay entre los dos países" y sus jefes de Estado.

Don Juan Carlos llegó al mediodía al portaaviones italiano en un helicóptero. Tras las salvas y honores de ordenanza así como el saludo a las autoridades, entre las que figuraban los jefes de las respectivas marinas militares, se inició la visita, que comprendió una charla informativa, un recorrido por el buque y una exhibición aérea. A primera hora de la tarde, fue despedido por Cossiga, quien haciendo gala de su conocida afición a los asuntos militares, tenía previsto permanecer en el buque nada menos que cuatro días.

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La estancia del Rey en el portaaeronaves italiano, de características muy similares a las del barco español Príncipe de Asturias, sirvió también para que los dos ministros de Defensa mantuvieran una entrevista que fue calificada como "de cortesía" por fuentes españolas. No obstante, García Vargas y Rognoni abordaron con toda seguridad los proyectos de cooperación bilaterales en materia de armamento, así como el conflicto civil yugoslavo, que preocupa especialmente en Italia. A este respecto, Cossiga declaró ayer a los periodistas de su país que le acompañaron en el DC-9 militar en que viajó desde Roma hasta Palma de Mallorca, que Italia acogerá a los refugiados yugoslavos y no les cerrará las puertas como hizo con los albaneses. "Es la primera vez", advirtió el presidente de la república, "que la guerra se acerca a las fronteras de Italia".

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