Los sindicatos británicos cierran filas en torno al Partido Laborista

No compliquemos más las cosas. Esa vendría a ser la consigna no oficial del Congreso de Sindicatos británico (TUC), que ayer inició en Glasgow su reunión anual. Se acercan las elecciones generales -vuelve a hablarse de una posible convocatoria anticipada en noviembre-, y los dirigentes sindicales esperan evitar que sus rencillas internas hagan aún más difícil una victoria del Partido Laborista.

El secretario general del TUC, Norman Willis, espera conseguir que los asuntos más conflictivos, relacionados con la política laboral que debería aplicar un hipotético Gobierno laborista, sean ab...

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No compliquemos más las cosas. Esa vendría a ser la consigna no oficial del Congreso de Sindicatos británico (TUC), que ayer inició en Glasgow su reunión anual. Se acercan las elecciones generales -vuelve a hablarse de una posible convocatoria anticipada en noviembre-, y los dirigentes sindicales esperan evitar que sus rencillas internas hagan aún más difícil una victoria del Partido Laborista.

El secretario general del TUC, Norman Willis, espera conseguir que los asuntos más conflictivos, relacionados con la política laboral que debería aplicar un hipotético Gobierno laborista, sean abordados superficialmente, sin plantear exigencias que hipotequen la campaña electoral del partido con el que los sindicatos mantienen una estrecha relación.Una moción que proponía que los laboristas anularan toda la legislación sindical puesta en vigor por los Gobiernos conservadores desde 1979, patrocinada por el famoso líder minero Arthur Scargill, sufrió ayer mismo una amplia derrota.

Los sondeos encargados por el TUC muestran que la imagen pública de los sindicatos ha mejorado gracias a la moderación de los últimos tiempos.

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