Dieta de sapos

Cuando en 1938 Musolini regresaba de Múnich, donde las democracias occidentales acababan de aceptar los nuevos trazados que exigía Hitler, comentó en el tren que le llevaba de regreso a Roma: "Desde luego, las democracias tragan cualquier sapo". Los políticos profesionales, se llamen Neville, Chamberlain o Eli Galdos, son capaces de digerir cualquier sapo. El problema es hasta qué punto la supervivencia de un pueblo es compatible con una dieta casi exclusiva a base de sapos.En un momento en que el crédito de los partidos políticos nunca ha estado tan bajo entre la opinión pública como e...

Cuando en 1938 Musolini regresaba de Múnich, donde las democracias occidentales acababan de aceptar los nuevos trazados que exigía Hitler, comentó en el tren que le llevaba de regreso a Roma: "Desde luego, las democracias tragan cualquier sapo". Los políticos profesionales, se llamen Neville, Chamberlain o Eli Galdos, son capaces de digerir cualquier sapo. El problema es hasta qué punto la supervivencia de un pueblo es compatible con una dieta casi exclusiva a base de sapos.En un momento en que el crédito de los partidos políticos nunca ha estado tan bajo entre la opinión pública como en estos meses tras los mercadeos poselectorales, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), lo presente como lo presente, acaba de regalar a Artapalo el triunfo político mayor que conoce ETA desde hace 10 años, desde el cierre de Lemóniz. El titular de EL PAÍS del sábado 10 resume lo que pensamos casi todos: La Diputación guipuzcoana cede a la presión de ETA. La democracia en el País Vasco acaba de dar un paso atrás brutal. ¿Quién va a convencerle ahora a Artapalo que por la violencia no irá consiguiendo sus fines? Ahora bien, Eli Galdos gobierna la Diputación de Guipúzcoa con los votos del PSE-PSOE. ¿Es consciente el PSE-PSOE de Ramón Jáuregui del triunfo que se sirve en bandeja a los violentos?.