Cartas al director

Esclavos

Yo soy uno de esos "horteras y analfabetos" que "consumen" habitualmente el periódico "elaborado por esclavos" en el que ambos, y creo que es en lo único en lo que coincidimos, disfrutamos de los beneficios de la libertad de expresión; beneficios que hasta no hace mucho tiempo eran inalcanzables para la inmensa mayoría de españoles, como usted recordará. El ser hortera o el consumir lo considero asunto estrictamente personal, si bien me permito comentarle que tales atributos me son indiferentes, pues nunca he conseguido diferenciarlos. Soy analfabeto, en el sentido con el que usted enriquece l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Yo soy uno de esos "horteras y analfabetos" que "consumen" habitualmente el periódico "elaborado por esclavos" en el que ambos, y creo que es en lo único en lo que coincidimos, disfrutamos de los beneficios de la libertad de expresión; beneficios que hasta no hace mucho tiempo eran inalcanzables para la inmensa mayoría de españoles, como usted recordará. El ser hortera o el consumir lo considero asunto estrictamente personal, si bien me permito comentarle que tales atributos me son indiferentes, pues nunca he conseguido diferenciarlos. Soy analfabeto, en el sentido con el que usted enriquece la definición del término aceptada por la Real Academia, pero tengo un amigo que me lee el periódico. Es un buen amigo, no como los suyos que, según confiesa, le quieren mal. Y esa es una de las cosas que más me han hecho reflexionar de su carta, porque no entiendo cómo puede considerar amiga a una persona que lee EL PAÍS, veo en ese gesto un atisbo de comprensión por su parte que me desconcierta.

Tener amigos que le quieran a uno mal es un fenómeno que desconozco, aunque puede que entre su círculo de amistades sea una enfermedad habitual, por lo que imagino su casa inundada de recortes llenos de infundios poco higiénicos.

Desconozco ese dichoso tema, "burdo y estúpido", por el que usted se ha tomado tantas molestias, pero, a título particular, le hago constar que me importa un bledo el que usted, o cualquiera, sea ultraderechista o conspirador; las ideologías ajenas son indiferentes y cada uno hace lo que le viene en gana en su tiempo libre.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Permítame, eso sí, resaltar que su carta, que considero un digno trabajo suyo, ha sido encontrada en el periódico del pasado 19 de julio, por lo que le ruego reconsidere la utilización de término "jamás" en futuros escritos.

Y ese hecho, que uno de sus trabajos aparezca en EL PAÍS, me confunde doblemente. Por una parte, considero, humildemente, que si todas sus convicciones personales resultan tan etéreas debería replantearse alguna de ellas; y se lo digo con el respeto y el afecto con el que se lo diría un amigo, de los suyos, claro. Pero, por otra parte, el ver su carta publicada me crea una tremenda duda: el que usted, involuntariamente, por supuesto, haya contribuido a los turbios propósitos de esas gentes que, según parece, nos tienen esclavizados.

Espero que si alguna vez todos asistimos al hundimiento estrepitoso de tan execrable periódico, tal huindimiento se produzca por motivos financieros, o cualquier otro de talante pacífico, y no por detonaciones de mal gusto.-

Archivado En