Tribuna:

El dinero da la espalda

La bolsa española ha vuelto a dar muestras de una desconfianza extrema ante las reacciones de los mercados internacionales. En esas plazas, cada recorte obtiene como respuesta una reacción técnica de mayor o menor cuantía, pero que consigue tranquilizar al mercado. La situación de la Bolsa española es muy diferente, ya que los bajos precios parecen aconsejar la espera, tanto para los compradores como para los vendedores. Los primeros porque no terminan de ver clara la evolución inmediata, y los segundos porque todavía no pierden lo suficiente como para abandonar sus posiciones. El fondo de la ...

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La bolsa española ha vuelto a dar muestras de una desconfianza extrema ante las reacciones de los mercados internacionales. En esas plazas, cada recorte obtiene como respuesta una reacción técnica de mayor o menor cuantía, pero que consigue tranquilizar al mercado. La situación de la Bolsa española es muy diferente, ya que los bajos precios parecen aconsejar la espera, tanto para los compradores como para los vendedores. Los primeros porque no terminan de ver clara la evolución inmediata, y los segundos porque todavía no pierden lo suficiente como para abandonar sus posiciones. El fondo de la cuestión, esto es, los motivos para adoptar esta actitud, son lo suficientemente confusos como para despistar a cualquiera, y tal vez por eso los factores políticos y monetarios empiezan a ganar peso a la hora de las explicaciones.Al final, y en un mercado tan coyuntural como el español, la presencia de dinero extranjero es el factor decisorio y en estos momentos la inversión externa se muestra más partidaria de la salida que de la permanencia. Una apertura discretamente alcista en Nueva York no consiguió sujetar al índice madrileño en el lado positivo, haciéndole perder 14 centésimas, y es que si el papel está indeciso, el dinero es un auténtico mar de confusiones.

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