Tribuna:

El peso de las 'nieblas germánicas'

Ortega utilizó la idea de las nieblas germánicas, de claras resonancias románticas, para saludar el esfuerzo que los jóvenes economistas españoles hacían en la Universidad de Berlín a principios de los años veinte. En aquel momento, su cátedra de metafísica se convirtió -lo cuenta el profesor Velarde Fuertes- en un auténtico foco de animación: "No lo más hondo, pero lo más urgente que hoy necesitamos es la economía; nuestro país cambia por días; entramos en tiempos más fuertes", publicó en uno de sus polémicos artículos en El Imparcial. Los economistas españoles, apegados al mundo de la...

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Ortega utilizó la idea de las nieblas germánicas, de claras resonancias románticas, para saludar el esfuerzo que los jóvenes economistas españoles hacían en la Universidad de Berlín a principios de los años veinte. En aquel momento, su cátedra de metafísica se convirtió -lo cuenta el profesor Velarde Fuertes- en un auténtico foco de animación: "No lo más hondo, pero lo más urgente que hoy necesitamos es la economía; nuestro país cambia por días; entramos en tiempos más fuertes", publicó en uno de sus polémicos artículos en El Imparcial. Los economistas españoles, apegados al mundo de las doctrinas, odiaban las matemáticas; mientras, en Estados Unidos el capitalismo financiero empujaba enfebrecido por la atmósfera de Wall Street y los descubrimientos de Charles Dow.De todo aquello se mantiene hoy una impronta que a la postre es culpable de la escasa capacidad de reacción manifestada por los mercados de acciones españoles, cuyos analistas están a medio camino entre el espíritu de las ciencias y las modas estéticas. Allí donde se decide la inversión cuenta mucho la temperatura de Wall Street -ayer especialmente baja-, pero siguen pesando los fundamentos éticos de las nieblas aludidas.

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