La dimisión del presidente de Nomura provoca el caos en la Bolsa de Tokio

Nomura Securities, la principal firma de valores de Japón y primera en el mundo, ha admitido haber realizado al igual que sus rivales, pagos irregulares para compensar las pérdidas que algunos de sus clientes privilegiados sufrieron durante el desplome que registró la Bolsa de Tokio en 1990. Su presidente, Yoshihisa Tabuchi, presentó ayer la dimisión sin explicar muy bien la razón horas antes de que lo hiciera por igual motivo el de Nikko Securities, Takuya Iwasaki.

La noticia tuvo un inmediato impacto negativo en la Bolsa de Tokio, en donde el índice Nikkei perdió un 2,10% al caer 506,...

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Nomura Securities, la principal firma de valores de Japón y primera en el mundo, ha admitido haber realizado al igual que sus rivales, pagos irregulares para compensar las pérdidas que algunos de sus clientes privilegiados sufrieron durante el desplome que registró la Bolsa de Tokio en 1990. Su presidente, Yoshihisa Tabuchi, presentó ayer la dimisión sin explicar muy bien la razón horas antes de que lo hiciera por igual motivo el de Nikko Securities, Takuya Iwasaki.

La noticia tuvo un inmediato impacto negativo en la Bolsa de Tokio, en donde el índice Nikkei perdió un 2,10% al caer 506,62 puntos hasta situarse en 24.765,46 yenes. La divisa nipona también se vió afectada al ceder respecto al dólar.Se sabe que una veintena de las securities japonesas (firmas de inversión en bolsa) recurrieron a esta práctica irregular para cubrir las pérdidas de sus grandes clientes a principios del año pasado, tratando incluso de presentar los pagos como pérdidas libres de impuestos. Nomura siempre hizo gala de que jamás se había comportado de igual modo y desmintió las noticias que publicó la prensa local días atrás.

Sin embargo, funcionarios de la poderosa compañía de valores reconocieron el pasado viernes que se había compensado a varias empresas consideradas como clientes especiales por las pérdidas sufridas en la crisis bursátil del año pasado, pero negaron que se hubiera hecho de forma ilegal. El importe total por estas compensaciones asciende a 115 millones de dólares (12.000 millones de pesetas), según calcula la prensa. A su vez, representantes de Nikko Securities, que es la tercera más importante del país, admitieron haber hecho lo mismo.

Las autoridades financieras dictaron a finales de 1989 unas directrices desaconsejando el ejercicio de este tipo de práctica que pone en cuestión la transparencia y la justicia del mercado bursátil japonés, tras descubrirse que Daiwa Securities, segunda en el ranking, lo estaba haciendo. Y no sólo ella, sino algunas más, según se pudo saber no mucho más tarde.

Según el Ministerio de Finanzas, Nomura pagó 16.500 millones de yenes en compensaciones a clientes privilegiados y Nikko, 19.000, durante el año fiscal 1989 que terminó en marzo del pasado año. Algunos medios de prensa aseguran que Nomura desembolsó 10.000 millones más, y que toda la operación la realizó adquiriendo de los clientes especiales bonos a precios superiores a los valores de mercado.

Caída del beneficio

El descalabro bursátil del año pasado afectó a las grandes compañías de valores. Nomura vio disminuir en más del 50% sus beneficios antes de impuestos durante el pasado año fiscal 1990, pero a pesar de todo continuó siendo la primera en el mundo (119.000 millones de yenes).Por si la situación no fuera ya de por sí delicada, tanto Nomura como Nikko han confesado ahora haberse visto envueltas en 1989 en una turbia operación financiera con la Yakuza -la organización de crimen organizado- que aseguran fue realizada sin tener conocimiento de todo ello. Las dos securities concedieron a través de filiales sendos préstamos de 2.000 millones de yenes cada uno, a cambio de unas licencias para unos cursos de golf, al entonces jefe del segundo sindicato criminal más poderoso del país, quien los empleó para comprar una participación en una compañía ferroviaria y en otras menores. La prensa nipona acusa a Nomura de ayudar a la mafia a la colocación masiva de títulos en la bolsa y a la manipulación de los valores de los mismos.

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