Cartas al director

Presidir una mesa

El pasado 26 estuve presidiendo una mesa electoral. Aunque nos citaron a las ocho de la mañana, hasta pasadas las 8.30 no recibí la documentación, y a las nueve se abría el colegio. Nadie nos proporcionó absolutamente nada de comer ni de beber, algo realmente sorprendente.Llegaron a a mis oídos comentarios de presidentes de otras mesas refiriéndose al acto de entrega de las actas una vez finalizado el escrutinio y, por tanto, la sesión; según leímos en el manual que recibimos, Ias fuerzas del orden deberán acompañar y, en su caso, facilitar el transporte" a los presidentes con las actas. Pero ...

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El pasado 26 estuve presidiendo una mesa electoral. Aunque nos citaron a las ocho de la mañana, hasta pasadas las 8.30 no recibí la documentación, y a las nueve se abría el colegio. Nadie nos proporcionó absolutamente nada de comer ni de beber, algo realmente sorprendente.Llegaron a a mis oídos comentarios de presidentes de otras mesas refiriéndose al acto de entrega de las actas una vez finalizado el escrutinio y, por tanto, la sesión; según leímos en el manual que recibimos, Ias fuerzas del orden deberán acompañar y, en su caso, facilitar el transporte" a los presidentes con las actas. Pero una vez entregadas en el juzgado de la plaza de Castilla, nos veríamos tirados allí, a altas horas de la noche; así habría finalizado nuestra obligación como ciudadanos.

Realicé un escrito con las firmas de los demás presidentes del colegio electoral, en el cual pedíamos de alguna forma asegurar el regreso al mismo, dirigido al coordinador de dicho colegio, pero esta persona me respondió que el asunto no era de su competencia; no obstante, me facilitó el teléfono de la Junta Electoral del distrito para exponerles el caso, sin obtener ninguna solución.

Después de 15 horas de trabajo casi ininterrumpido tuvimos que trasladarnos en taxi al juzgado a dejar las actas y volvernos a nuestra casa por la misma vía, pues únicamente había cuatro coches patrulla para todo el distrito, y debíamos esperar tal vez varias horas hasta que llegase uno a recogernos. Algo realmente lamentable. Además, un compañero presidente era la cuarta vez que formaba parte de una mesa electoral, cuando todavía hay personas que no han ido ni

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