"El Ateneo imprime caracter"

Para no caerse de la bici, Prat decidió optar, en las elecciones del pasado viernes, a la presidencia del Ateneo madrileño. "¿Quiere usted colaborar en la insensatez de que yo me presente a mi edad a estas elecciones?". Con esta frase intentaba obtener el voto de los ateneístas amigos. Y su campaña tuvo éxito, a tenor de los resultados, que lo sitúan en la presidencia de esta institución cultural por quinto año consecutivo. "Es que los viejos despertamos simpatías", ironiza Prat, que espera que su veteranía le ayude en la ardua tarea de lograr mecenas para esta entidad cultur...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Para no caerse de la bici, Prat decidió optar, en las elecciones del pasado viernes, a la presidencia del Ateneo madrileño. "¿Quiere usted colaborar en la insensatez de que yo me presente a mi edad a estas elecciones?". Con esta frase intentaba obtener el voto de los ateneístas amigos. Y su campaña tuvo éxito, a tenor de los resultados, que lo sitúan en la presidencia de esta institución cultural por quinto año consecutivo. "Es que los viejos despertamos simpatías", ironiza Prat, que espera que su veteranía le ayude en la ardua tarea de lograr mecenas para esta entidad cultural, de la que es socio desde 1931.Este veterano socialista habla del estilo ateneísta para referirse a "esa tendencia a hablar de lo divino y lo humano, al diletantismo, si se quiere". "El Ateneo imprime carácter", asegura el presidente de honor del PSOE y antiguo senador. "El que es ateneísta no puede dejar de serlo", añade para explicar por qué durante su exilio en Colombia, de 1939 a 1976, fundó la Casa de España en Bogotá, continuadora en la diáspora de las actividades culturales del Ateneo de Madrid.

Nacido en Albacete, donde un colegio público lleva su nombre, fue en esta ciudad donde comenzó a sentir interés por las tertulias culturales y políticas. "La mayor ilusión de mi madre era que diera una conferencia en el Ateneo de Albacete, que entonces gozaba de gran prestigio". Los deseos de Filomena García, señora de Daniel Prat, se vieron cumplidos en 1928, cuando su vástago, graduado ya en el Cuerpo Jurídico Militar, impartió una lectura sobre los orígenes del derecho internacional. En 1931, al proclamarse la República, consigue que le trasladen a Madrid para trabajar en la sede central del Consejo de Estado. Es entonces cuando Prat se hace miembro numerario del Ateneo, del que era socio transeúnte desde 1926.

Secretario primero y vicepresidente, respectivamente, durante los mandatos de Unamuno y Valle-Inclán, Prat recuerda haber entablado una mayor relación con el filósofo vasco. "Tenía la costumbre de censurar todo lo que se esperaba que alabase, si le invitaban a unos juegos florales se metía con los poetas, si le convidaban a una comida de la Asociación de la Prensa, arremetía contra los periodistas", rememora. Éste es uno de los cientos de recuerdos atesorados por su memorión, un auténtico archivo viviente de anécdotas y acontecimientos históricos.

"Tiempos difíciles"

"Los años del franquismo y el auge que ha ido cobrando la Universidad han restado brillantez al Ateneo", reconoce Prat. "Son tiempos difíciles, pero sigue vigente la finalidad de esta institución cultural: acercar los intelectuales al pueblo", añade. Los dos objetivos principales de su mandato, por otros dos años, son concluir las obras de remodelación y ampliación de la sede y conseguir que los intelectuales destacados vuelvan a acercarse a la calle del Prado. "Menudos sablazos que voy a tener que pegar", confiesa con una sonrisa."Luego lo dejaré, porque ya está bien...". Así hará feliz a su hijastro, sus cuatro nietos y dos biznietas que creen que haría mejor en dejarse de tantos líos. "Pero eso lo dicen de boquilla, porque luego les encanta que me dedique a las cosas que me interesan", matiza mientras se dispone a asistir a un homenaje familiar para celebrar, precisamente, su reelección.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En