La ayuda de la peseta

La peseta sigue actuando como el aliado momentáneo de la Bolsa. El enfriamiento económico impulsado desde las altas cumbres gubernamentales ha logrado detener el consumo y ha frenado la inversión. La consecuencia lógica no podía ser otra que una reducción de tipos para reanimar una situación en la que los altísimos tipos de interés reales siguen convirtiendo la peseta en una divisa codiciada. El escaso avance de los índices durante la jornada de ayer demuestra una vez más que la Bolsa daba por seguro desde hace días un cambio de escenarios, y así lo demostró el tirón de los últim...

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La peseta sigue actuando como el aliado momentáneo de la Bolsa. El enfriamiento económico impulsado desde las altas cumbres gubernamentales ha logrado detener el consumo y ha frenado la inversión. La consecuencia lógica no podía ser otra que una reducción de tipos para reanimar una situación en la que los altísimos tipos de interés reales siguen convirtiendo la peseta en una divisa codiciada. El escaso avance de los índices durante la jornada de ayer demuestra una vez más que la Bolsa daba por seguro desde hace días un cambio de escenarios, y así lo demostró el tirón de los últimos días.Sin embargo, a pesar de la buena noticia de ayer, la Bolsa está necesitada de estímulos que provengan de las propias empresas para consolidar una situación alcista que tenga un verdadero fondo. La reciente recuperación de muchos valores ha encarecido los precios, y sólo un aumento de los beneficios puede realinear los precios si, como se espera, la Bolsa sigue subiendo. Con todo, todavía hay dinero que ganar en algunos valores. La Bolsa española sigue siendo barata. El PER (o valor de una acción atendiendo a los beneficios) medio a primeros de mayo era de 11 veces, entre dos y tres veces por debajo de otras bolsas europeas.

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