Nexo común

En EL PAÍS del pasado 17 de abril aparece una información en la que se da cuenta de que varios coches, a lo largo de diferentes días, han sido quemados en el barrio de Lavapiés. Tanto el informador como la policía parecen haber dado por hecho que todas las acciones son obra de un mismo y solo autor. Se dirigen a él llamándole pirómano, maníaco y demente, e incluso se nos cuenta que un hombre con "antecedentes psiquiátricos" fue momentáneamente detenido hasta que se demostró su inocencia. Con todo, lo que más me conmovió del relato fue el despiste que tanto la policía como el periodista mostrab...

En EL PAÍS del pasado 17 de abril aparece una información en la que se da cuenta de que varios coches, a lo largo de diferentes días, han sido quemados en el barrio de Lavapiés. Tanto el informador como la policía parecen haber dado por hecho que todas las acciones son obra de un mismo y solo autor. Se dirigen a él llamándole pirómano, maníaco y demente, e incluso se nos cuenta que un hombre con "antecedentes psiquiátricos" fue momentáneamente detenido hasta que se demostró su inocencia. Con todo, lo que más me conmovió del relato fue el despiste que tanto la policía como el periodista mostraban ante la aparente falta de nexo causal entre todos los siniestros: "No ataca a una determinada marca de vehículo, sino que los hay de todo tipo. Tampoco parece que haya ninguna relación entre los dueños, por lo que todo parece indicar que el maníaco opera sin ninguna motivación concreta".Conmovido, como digo, por ese despiste, por mis escrúpulos ciudadanos, y por la consideración de que este tipo de actos pueden extenderse a otros barrios, villas y ciudades, he estado reflexionando sobre el asunto y, modestamente, creo haber hallado un nexo común entre todos estos sabotajes: los 15 automóviles siniestrados eran, los 15, automóviles.

Confío en que este descubrimiento ayude a echar bastante luz sobre el caso.- .