Cartas al director

La paz

¿Por qué hemos de desear la paz? Sólo por una razón o, si quieren, por muchas razones. Es un punto de partida de nuestro pensamiento tomar la libertad como condición constituyente del hombre; sin ésta, el hombre deja de ser tal. Es hombre aquel que puede prometer; aquel que se compromete con el futuro; aquel que grita que "más alta que la realidad -la fuerza de los hechos- está la posibilidad" (Heidegger); aquel que toma para sí y los suyos el valor de la esperanza; aquel, en Fin, que queda encantado por el porvenir. Y eso, convendrán con nosotros, sólo es posible si en ello juega la libertad ...

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¿Por qué hemos de desear la paz? Sólo por una razón o, si quieren, por muchas razones. Es un punto de partida de nuestro pensamiento tomar la libertad como condición constituyente del hombre; sin ésta, el hombre deja de ser tal. Es hombre aquel que puede prometer; aquel que se compromete con el futuro; aquel que grita que "más alta que la realidad -la fuerza de los hechos- está la posibilidad" (Heidegger); aquel que toma para sí y los suyos el valor de la esperanza; aquel, en Fin, que queda encantado por el porvenir. Y eso, convendrán con nosotros, sólo es posible si en ello juega la libertad un papel primordial.¿Por qué, entonces, hemos de desear la paz? Porque sin ella la libertad queda mancillada, y, por tanto, el hombre, desprovisto del poder de su promesa, de la posibilidad de realizarse. "La criatura humana es una promesa" (M. Zambrano); sin paz, esta promesa queda por cumplir. Esto es, se trata de establecer "la vida en vista de la paz", como nos dice María Zambrano, porque, en la guerra, ésta no es vida. No basta un alto el fuego, un pacto de no agresión, la ausencia de guerra, sino que es necesario tomar la paz como un modo de habitar el planeta, un modo de ser hombre.-

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