Tribuna:

Dos sesiones en una

La Bolsa de Madrid vivió ayer dos sesiones en una. En la primera, de mañana y sin una especial euforia, el comienzo de la postguerra en el Golfo y la confirmación de las expectativas bajistas sobre los tipos en el mercado interbancario animó al dinero y aupó al índice cuatro puntos sobre el cierre anterior.Posteriormente, se impusieron las realizaciones de beneficios. Al fin, el perfil del día fue casi plano, con equilibrio entre papel y dinero y sin sobresaltos. El mercado queda en situación de espera cómoda.

El sector de la construcción fue el que registró los movimientos más bruscos....

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La Bolsa de Madrid vivió ayer dos sesiones en una. En la primera, de mañana y sin una especial euforia, el comienzo de la postguerra en el Golfo y la confirmación de las expectativas bajistas sobre los tipos en el mercado interbancario animó al dinero y aupó al índice cuatro puntos sobre el cierre anterior.Posteriormente, se impusieron las realizaciones de beneficios. Al fin, el perfil del día fue casi plano, con equilibrio entre papel y dinero y sin sobresaltos. El mercado queda en situación de espera cómoda.

El sector de la construcción fue el que registró los movimientos más bruscos. De una ganancia superior a los 10 puntos en el índice sectorial pasó, por obra y gracia de la recogida de ganancias, a perder más de dos puntos. El volumen de negocio, como en jornadas atrás, se mantuvo elevado. Contribuyó a ello una operación sobre 1,9 millones de acciones del Banco Central intermediada por la sociedad Dinver a última hora. El día, marcado por el fin de la guerra, también tuvo su OPA a cargo de la multinacional Siemens, dispuesta a controlar el 100% de su filial española. La cuestión, descontado todo lo descontable, es si el mercado apostará por mantener el índice en sus niveles actuales o por el contrario, se acabarán por imponer las realizaciones.

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