Al borde del enfrentamiento

La península de los Balcanes, la región más conflictiva de Europa, se halla al borde del enfrentamiento abierto y violento entre dos pueblos, el albanés y el serbio, dispuestos a batirse por una tierra, la de Kosovo, que consideran la cuna de su nación y de su cultura. La crisis de Kosovo, sangrante desde hace más de siete décadas, tiene ya su detonante en la creciente ofensiva de los albaneses yugoslavos en favor de la "reunificación albanesa". La ocupación policial y militar de Kosovo y una política serbia que ha desplegado el más cruel hostigamiento contra una minoría visto en Europa despué...

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La península de los Balcanes, la región más conflictiva de Europa, se halla al borde del enfrentamiento abierto y violento entre dos pueblos, el albanés y el serbio, dispuestos a batirse por una tierra, la de Kosovo, que consideran la cuna de su nación y de su cultura. La crisis de Kosovo, sangrante desde hace más de siete décadas, tiene ya su detonante en la creciente ofensiva de los albaneses yugoslavos en favor de la "reunificación albanesa". La ocupación policial y militar de Kosovo y una política serbia que ha desplegado el más cruel hostigamiento contra una minoría visto en Europa después de la muerte de Stalin han quebrado los últimos vínculos con el moribundo Estado federativo yugoslavo de los albaneses kosovares y sus esperanzas de llegar a un modus vivendi en un Estado común.Desde la llegada de Milosevic al poder en Serbia. en 1987, los albaneses se ven como seres con menos derechos ciudadanos que los negros en Suráfrica. El incipiente proceso de democratización en Albania y la implacable represión serbia en Kosovo han prendido la espoleta de la mayor crisis fronteriza en Europa desde la caída del muro de Berlín.

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Yugoslavia está a punto de desaparecer como Estado no sólo porque las repúblicas septentrionales consideran incompatibles sus procesos democratizadores con el regreso al estatalismo nacionalista de Serbia bajo Milosevic. El pueblo albanés -con más de tres millones de habitantes- da ahora la espalda al Estado federal que dejó Kosovo a merced de una política represiva que los más moderados de los líderes, como Rugova, califican de fascista.

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