A la busca y captura de una luz verde

La escasez de taxis por la noche provoca hasta peleas entre viajeros

Volver a casa en taxi durante la noche se ha convertido en un problema, especialmente los fines de semana. La clásica imagen del ciudadano apostado al borde de la acera con la cabeza inclinada y la mano preparada para hacer una señal de alto se multiplica en las horas de la madrugada. La situación en la calle llega a ser desesperante. En algunos casos incluso se llega a las manos. Ante la ausencia de vehículos con luz verde de libre encendida, unos optan por tomarse la penúltima y otros por volver a casa andando.

Ángel Perea, de 24 años, se disponía a coger un taxi que le transporta...

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Volver a casa en taxi durante la noche se ha convertido en un problema, especialmente los fines de semana. La clásica imagen del ciudadano apostado al borde de la acera con la cabeza inclinada y la mano preparada para hacer una señal de alto se multiplica en las horas de la madrugada. La situación en la calle llega a ser desesperante. En algunos casos incluso se llega a las manos. Ante la ausencia de vehículos con luz verde de libre encendida, unos optan por tomarse la penúltima y otros por volver a casa andando.

Ángel Perea, de 24 años, se disponía a coger un taxi que le transportara desde la Moncloa hasta Manuel Becerra, donde vive. Eran las tres de la madrugada. Cuando por fin encontró taxi, el chico que se encontraba detrás de él en la cola de espera le intentó arrebatar el vehículo por la fuerza. Perea reconoce que perdió los nervios y empujó al joven, que iba acompañado por tres amigos.Naturalmente, Perea perdió ese taxi y se encontró con una brecha en la ceja. Ángel Perea, que trabaja en una tienda de hebillas del centro de Madrid, sale dos o tres días a la semana. Este madrileño se siente también discriminado por su aspecto. Luce tupé, patillas y cazadora de cuero. "Muchos taxistas pasan de largo cuando te ven con pinta de rocker o de punky. Si cada vez que nos hicieran una pirula pusiéramos una denuncia, acabaríamos con esta mafia".

María, operadora de continuidad de televisión, de 26 años, protesta también por la falta de servicio nocturno. "Casi siempre acabo en el búho [autobuses nocturnos], a pesar de que no me apetece nada andar hasta Cibeles, punto de salida de este transporte público. Es que no hay manera de coger un pelas. Paso de quedarme congelada esperando en la calle. El Ayuntamiento debería conceder más licencias para solucionar este problema que se repite todos los fines de semana".

Esperar el metro

De la misma opinión son dos chavales de Ávila que se encuentran en Madrid para pasar el fin de semana. Tras esperar durante largo rato en la Gran Vía un taxi que los devolviera a la pensión donde estaban alojados, decidieron seguir de copas hasta que abrieran el metro a las seis de la mañana.En Madrid funcionan 15.500 taxis. Los conductores libran un día a la semana, de lunes a viernes, más un sábado o un domingo. Un 60% de la flota trabaja las noches del fin de semana, según fuentes sindicales. Sin embargo, la oferta no se corresponde con la demanda. A altas horas de la madrugada es habitual encontrarse por las calles del centro de Madrid grupos de gentes que esperan y se desesperan por la falta de vehículos con la luz verde de libre.Máximo Bravo, relaciones públicas de Radioteléfono Taxi, explica que la mayor afluencia de viajeros se produce a unas horas concretas.

Los puntos calientes

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"La salida de los cines, entre las doce de la noche y la una de la madrugada; el cierre de los pubs, alrededor de las 3.30, y el final de las discotecas, pasadas las cinco de la madrugada, son los puntos calientes de la noche. En los intervalos se produce un bajón", asegura Bravo. "Además, la inseguridad ciudadana; muchos atracos a taxistas se producen por la noche, y los conductores bebidos disuaden a muchos trabajadores del sector a salir en horas de nocturnidad".Pero lo económico también cuenta. Pese a la tarifa nocturna, muchos conductores no trabajan por la noche porque no ganan más. "Muchos pasajeros se desplazan a barrios de la periferia. Para regresar al centro el taxi sufre unos costes en kilómetros de vacío y una gran pérdida de tiempo", explica Bravo.

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