Tribuna:

Paralización total

Las bolsas optaron por mantenerse en la inmovilidad más absoluta en la última sesión antes de que estallara la guerra en el Golfo Pérsico. A primera vista daba la sensación de que todo estaba hecho que casi se podrían cerrar los mercados hasta que se perfilara una solución definitiva.La primera jornada bajo la amenaza directa de un conflicto abierto se saldó con un equilibrio casi absoluto entre compradores y vendedores -el índice bajó dos centésimas- aunque lo más destacable fue la ausencia de operaciones a lo largo de toda la sesión. Sólo siete valores consiguieron negociar más de 100.000 tí...

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Las bolsas optaron por mantenerse en la inmovilidad más absoluta en la última sesión antes de que estallara la guerra en el Golfo Pérsico. A primera vista daba la sensación de que todo estaba hecho que casi se podrían cerrar los mercados hasta que se perfilara una solución definitiva.La primera jornada bajo la amenaza directa de un conflicto abierto se saldó con un equilibrio casi absoluto entre compradores y vendedores -el índice bajó dos centésimas- aunque lo más destacable fue la ausencia de operaciones a lo largo de toda la sesión. Sólo siete valores consiguieron negociar más de 100.000 títulos, lo que puede llevar el volumen de esta sesión al nivel mínimo de este recién estrenado y ajetreado ejercicio.

Nadie parecía capaz de decidir un posicionamiento concreto en el mercado, situación que se confirmó con la apertura de Wall Street, cuyo índice más significativo apenas varió cinco puntos sobre su posición anterior.

Esperar y ver se convirtió todo el día de ayer en la única estrategia posible para los inversores ante una situación cuyas consecuencias están muy lejos de controlar, y no sólo a corto plazo, ya que se pensaba que el estancamiento de la situación no haría más que agravar los problemas pendientes más tiempo.

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