Tribuna:

Malas vísperas

El mercado de valores madrileño, huérfano de dinero, de ideas, de planes y de inversores soportó ayer como pudo, es decir, mal, las vísperas del gran acontecimiento: la entrevista entre James Baker y Tarek Aziz.Con Tokio (-3,5%) y Nueva York a la baja, nerviosismo en el ambiente y el dinero en el bolsillo, los habituales del parqué se limitaron ayer a contemplar con estoicismo y resignación, la pérdida del 220% en el índice general. Con cifras de negocio que no alcanzan los 5.000 millones de pesetas, el mercado es víctima de la apatía y de la inercia de las últimas semanas. La bolsa espera el ...

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El mercado de valores madrileño, huérfano de dinero, de ideas, de planes y de inversores soportó ayer como pudo, es decir, mal, las vísperas del gran acontecimiento: la entrevista entre James Baker y Tarek Aziz.Con Tokio (-3,5%) y Nueva York a la baja, nerviosismo en el ambiente y el dinero en el bolsillo, los habituales del parqué se limitaron ayer a contemplar con estoicismo y resignación, la pérdida del 220% en el índice general. Con cifras de negocio que no alcanzan los 5.000 millones de pesetas, el mercado es víctima de la apatía y de la inercia de las últimas semanas. La bolsa espera el desenlace de la crisis -cualquier desenlace- para poner en práctica estrategias estudiadas hasta la saciedad.

Nadie tiene clara la senda por la que discurrirá la contratación en las próximas semanas y en este contexto, la bolsa se ha convertido en un espacio aburrido en el que no sucede apenas nada. El récord de contratación conseguido en 1990, con 4,15 billones de pesetas efectivas negociadas, parece en estos momentos de mínimos, una broma cruel.

Hoy, todas las miradas estarán puestas en Ginebra y cualquier noticia, buena o mala, tendrá una repercusión inmediata en un mercado expectante Ni ávido de beneficios pero receloso. Aficionados, abstenerse.

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