Cuatro etarras, condenados a 536 años de cárcel por el asesinato de un policía

La Audiencia Nacional ha impuesto un total de 536 años y de cuatro meses de cárcel a los cuatro integrantes comando Eibar de ETA que, el 18 de diciembre de 1988, hizo explotar un cochebomba al paso del convoy policial que iba a realizar un servicio de seguridad en el partido de fútbol Éibar-Sabadell. El atentado costó la vida al policía Antonio Barrado Recio y heridas a otros cuatro agentes.

Los condenados son Fermín Javier Urdáin Ciriza, Jesús María, Ciganda Sarratea, Pedro José Echeverría Lete y Juan Carlos Balerdi Iturralde. Ninguno de ellos tenía, hasta ahora, condena por...

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La Audiencia Nacional ha impuesto un total de 536 años y de cuatro meses de cárcel a los cuatro integrantes comando Eibar de ETA que, el 18 de diciembre de 1988, hizo explotar un cochebomba al paso del convoy policial que iba a realizar un servicio de seguridad en el partido de fútbol Éibar-Sabadell. El atentado costó la vida al policía Antonio Barrado Recio y heridas a otros cuatro agentes.

Los condenados son Fermín Javier Urdáin Ciriza, Jesús María, Ciganda Sarratea, Pedro José Echeverría Lete y Juan Carlos Balerdi Iturralde. Ninguno de ellos tenía, hasta ahora, condena por participar en actos terroristas.

Para los magistrados integrantes de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, la instrucción del sumario y la vistal oral del juicio han permitido demostrar que los cuatro procesados, integrantes del comando Éibar, recibieron la orden de atentar contra la dotación del Cuerpo Nacional de Policía destinada en esa localidad guipuzcoana. El 27 de octubre de 1988 comenzaron a vigilar los movimientos de la patrulla que habitualmente atendía el servicio de protección del estadio de fútbol municipal donde el equipo local disputaba sus encuentros. El 18 de diciembre hicieron estallar el coche que tenían preparado con un artefacto compuesto por 30 kilogramos de amonal y 15 de tornillería, introducidos en dos bombonas de butano recortadas.

Cuando pasaba el último de los vehículos del convoy policial a la altura del coche-bomba, CIganda Sarratea accionó el mando a distancia que provocó la detonación, causando la muerte del policía Antonio Barrado Recio y heridas de diversa consideración a cuatro compañeros del fallecido y otros cinco paisanos.

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