A remolque de Wall Street

La capacidad de arrastre de Wall Street ha evitado la entrada de la bolsa española en una fase en la que el papel amenazaba con adueñarse del mercado. A lo largo de la mañana la ausencia de dinero se dejó sentir con fuerza en estas plazas bursátiles, hasta el punto de que las reacciones técnicas empezaron a frenarse ante la insistencia del papel por estar presente en los corros y en el mercado continuo. Las dudas condujeron a la casi paralización de la contratación, con escasas excepciones entre las que hay que contar otra vez a Iberduero, cuyo volumen particular se acercaba al millón de títul...

La capacidad de arrastre de Wall Street ha evitado la entrada de la bolsa española en una fase en la que el papel amenazaba con adueñarse del mercado. A lo largo de la mañana la ausencia de dinero se dejó sentir con fuerza en estas plazas bursátiles, hasta el punto de que las reacciones técnicas empezaron a frenarse ante la insistencia del papel por estar presente en los corros y en el mercado continuo. Las dudas condujeron a la casi paralización de la contratación, con escasas excepciones entre las que hay que contar otra vez a Iberduero, cuyo volumen particular se acercaba al millón de títulos. El milagro llegó con la apertura de Nueva York, esta vez al alza, que consiguió animar a los inversores españoles hasta el punto de hacerles recordar sus propias previsiones de un mercado animado hasta mediados de mes.Este ambiente de las bolsas contrasta con las expectativas del IPC de noviembre, que se estima será negativa, aunque a lo largo de la mañana fueron llegando noticias alarmantes de los mercados monetarios, en los que el precio de dinero a un día se cotizaba al 17%, que justifican sobradamente la incertidumbre de los inversores. El índice madrileño consiguió al final un avance de 1,30 puntos debido a la recuperación que registró la mayoría de los valores, especialmente los bancarios.