Un conservador dialogante

Angelo Sodano, arzobispo de 64 años de edad, es el segundo de seis hermanos de una familia bien de Isla de Asti, en el norte de Italia. Su padre, que ha cumplido ya los 80 años, ha sido una importante personalidad de la democracia cristiana. Al nuevo secretario de Estado del Vaticano, como buen piamontés, le gusta saborear la cocina de calidad. Su pasión, sin embargo, es la fotografía, en la que es casi un profesional.Empezó su carrera diplomática a comienzos de los años sesenta. Está considerado como un moderado, más bien conservador en el campo teológico, al mismo tiempo que se encuad...

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Angelo Sodano, arzobispo de 64 años de edad, es el segundo de seis hermanos de una familia bien de Isla de Asti, en el norte de Italia. Su padre, que ha cumplido ya los 80 años, ha sido una importante personalidad de la democracia cristiana. Al nuevo secretario de Estado del Vaticano, como buen piamontés, le gusta saborear la cocina de calidad. Su pasión, sin embargo, es la fotografía, en la que es casi un profesional.Empezó su carrera diplomática a comienzos de los años sesenta. Está considerado como un moderado, más bien conservador en el campo teológico, al mismo tiempo que se encuadra en la línea del diálogo con los no creyentes de su predecesor Casaroli.

Sodano había logrado resolver positivamente el delicado problema de la transición democrática de Chile, donde fue nuncio durante 10 años y tuvo que tratar con el dictador Augusto Pinochet. Al principio, la izquierda consideraba al nuncio demasiado blando con el general.

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Tras la etapa chilena, Sodano había resuelto al papa Wojtyla dos papeletas importantes: reanudar las relaciones diplomáticas con Rumania, interrumpidas desde 1948, y preparar el primer encuentro entre Juan Pablo II y Mijaíl Gorbachov.

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