Esperar y ver

A la vista de lo ocurrido ayer en el parqué bursátil barcelonés, uno podría pensar que no se trataba de una Bolsa catalana, sino de la de Londres. A ello podría inducir, al menos, la ejemplar aplicación práctica que los operadores hicieron de uno de los más celebrados adagios ingleses: esperar y ver (wait and see).

Fieles a la proverbial flema británica, los inversores esperaron tranquilamente a conocer las reacciones de los mercados internacionales ante el desarrollo de la crisis del golfo Pérsico, y vieron con detenimiento los últimos acontecimientos. Ninguno se movió más de la...

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A la vista de lo ocurrido ayer en el parqué bursátil barcelonés, uno podría pensar que no se trataba de una Bolsa catalana, sino de la de Londres. A ello podría inducir, al menos, la ejemplar aplicación práctica que los operadores hicieron de uno de los más celebrados adagios ingleses: esperar y ver (wait and see).

Fieles a la proverbial flema británica, los inversores esperaron tranquilamente a conocer las reacciones de los mercados internacionales ante el desarrollo de la crisis del golfo Pérsico, y vieron con detenimiento los últimos acontecimientos. Ninguno se movió más de la cuenta ni tomó iniciativas que pudieran ser fatales.

En estas circunstancias, no es de extrañar que el índice general de la Bolsa de Barcelona apenas se moviera, ni al alta ni a la baja. Los operadores aguardaron la reacción de las bolsas internacionales tras la aprobación por parte de la ONU del permiso para utilizar la fuerza contra Irak. Por lo demás, la jornada transcurrió en un ambiente de transición, con oscilaciones cortas y altas, y bajas selectivas, sin gran volumen de negocio y en un clima de cautela. Fueron numerosos los valores que no marcaron cambios o repitieron el anterior.

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