Catedráticos de distinta ideología descalifican el Programa 2000

Catedráticos de distintas ideologías vertieron ayer fuertes críticas al Manifiesto 2000 del Partido Socialista Obrero Español desde posiciones liberales, de humanismo cristiano y de la izquierda, en un debate que se celebró en la Universidad Complutense de Madrid. Tanto Manuel Escudero, coordinador del programa, como Enrique Curiel, nuevo militante del PSOE, rechazaron que el socialismo estuviera en bancarrota.

Al acto, en la Facultad de Medicina, asistieron un centenar de estudiantes, la mayoría de las facultades de Políticas, Sociología y Filosofía. Media docena de ellos realizaron pr...

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Catedráticos de distintas ideologías vertieron ayer fuertes críticas al Manifiesto 2000 del Partido Socialista Obrero Español desde posiciones liberales, de humanismo cristiano y de la izquierda, en un debate que se celebró en la Universidad Complutense de Madrid. Tanto Manuel Escudero, coordinador del programa, como Enrique Curiel, nuevo militante del PSOE, rechazaron que el socialismo estuviera en bancarrota.

Al acto, en la Facultad de Medicina, asistieron un centenar de estudiantes, la mayoría de las facultades de Políticas, Sociología y Filosofía. Media docena de ellos realizaron preguntas relacionadas con los planteamientos filosóficos y doctrinales tanto de socialdemócratas como de liberales.Escudero y Curiel reconocieron que la izquierda debe elaborar un proyecto nuevo, pero rechazaron la afirmación de sus contertulios de que la única doctrina eficaz sea el neoliberalismo.

Curiel y Escudero rehuyeron ofrecer recetas globales y reconocieron que la izquierda está en revisión. Manuel Escudero aseguró que el Programa 2000 "es un grito de extensión de la democracia para evitar todo tipo de explotación".

El debate, organizado por la Universidad Complutense de Madrid con el título La Universidad interroga al Programa 2000, resultó algo descompensado por la ausencia del primer secretario del partido de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, cuya silla permaneció vacía durante las más de tres horas de controversia. Al parecer, Obiols fue víctima de un atasco de tráfico, primero en Barcelona y luego en Madrid, que le impidió llegar a tiempo a la cita. Así, Escudero y Curiel se enfrentaron a las críticas de los otros cuatro contertulios: Guillermo Gortázar, miembro de la dirección del Partido Popular; el catedrático Pedro Schwartz, también de ese partido; Alfonso López Quintás, catedrático de Filosofía, y Carlos Berzosa, decano de la facultad de Económicas y Empresariales, cercano al sindicato CC OO.

Las intervenciones de estos cuatro últimos produjeron la reacción vehemente de un profesor, sentado entre el público junto al rector Gustavo Villapalos, que consideró distorsionado el debate porque los invitados, excepto los socialistas, -ignoraron lo que supone el socialismo democrático y se referían sólo a la crítica del comunismo. El profesor tampoco consideraba idóneos a los intervinientes, refiriéndose "al padre López Quintás", a quien situó en la "derecha extrema" y al decano Berzosa, que colocó en las cercanías de CC OO.

Las réplicas, defendiendo el primero su derecho "a ser creyente" y el segundo al considerar poco riguroso no rebatir sus ideas sino su cercanía a un sindicato, provocaron ovaciones en el público.

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El profesor Pedro Schwartz también fue aplaudido al parodiar las definiciones que el Programa 2000 hace de la ética socialista en contraposición a las ideas liberales. "No es cierto que la ética socialista entrañe un sistema angelical de amor al prójimo frente a la ética de la explotación. Hay ética en los dos lados y cada uno tiene su corazoncito". Guillermo Gortázar negó cualquier bondad a la socialdemocracia y rechazó todo mérito al asegurar que su historia está jalonada por los errores. Berzosa consideró que la política socialista imposibilita "llegar a una sociedad equitativa" y reivindicó para los convocantes de la huelga del 14-13 el éxito por haber obligado al Gobierno a elaborar el año pasado unos presupuestos más expansivos.

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