Felipe González dice que no se inclina por atendencia en el PSOE para no condicionar el debate

"Estamos en una fase precongresual y mi impresión es que no hay ninguna crisis en el partido", afirmó ayer el secretario general del PSOE, Felipe González, en Estrasburgo. González rechazó pronunciarse sobre las diferentes propuestas. "Yo tengo mis ideas al respecto y estoy haciendo continuas aportaciones, más de las que parece, pero lo que no voy a hacer es inclinarme por ninguna de las propuestas porque no quiero condicionar la discusión", precisó.

Felipe González se negó a valorar el proyecto del presidente del PSOE de Cádiz, Ramón Vargas Machuca, para ampliar la dirección del PSOE y...

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"Estamos en una fase precongresual y mi impresión es que no hay ninguna crisis en el partido", afirmó ayer el secretario general del PSOE, Felipe González, en Estrasburgo. González rechazó pronunciarse sobre las diferentes propuestas. "Yo tengo mis ideas al respecto y estoy haciendo continuas aportaciones, más de las que parece, pero lo que no voy a hacer es inclinarme por ninguna de las propuestas porque no quiero condicionar la discusión", precisó.

Felipe González se negó a valorar el proyecto del presidente del PSOE de Cádiz, Ramón Vargas Machuca, para ampliar la dirección del PSOE y dar cabida a "las distintas culturas del partido". "Machuca. ha hecho una propuesta inteligente porque él es un hombre extremadamente brillante, pero no me pida usted que me defina. Si lo hago podría parecer que trato de inclinar las cosas hacia uno u otro lado", dijo.El presidente del Gobierno negó que hubiera divisiones en el seno del PSOE y "no quiero dar disgustos a nadie, puesto que luego no los encajan bien". En su opinión, "el debate es saludable, aunque a veces vaya más allá de los límites que les gustarían a unos y a otros".

González vaticinó que el resultado de este proceso será que "habrá conclusiones respaldadas por la mayoría", y entonces será el momento de hacer las valoraciones adecuadas. Se negó a comentar la posibilidad de que se vaya a producir a corto plazo un reajuste en el gabinete.

[Por su parte, el presidente del Partido Popular (PP), José María Aznar, acusó ayer en Zaragoza al presidente del Gobierno, Felipe González, de "huir de la realidad" en los momentos difíciles, "en los momentos en que debe dar la talla", según la agencia Efe. El político conservador consideró que el presidente del Gobierno debe explicar si piensa afrontar o no lo problemas de fondo que hoy tiene el país, las políticas que va a proponer para ello y con qué equipos se está preparando para afrontar lo nuevos escenarios políticos, económicos y sociales. Aznar señaló que "el Estado no funciona", y consideró que para ponerlo en marcha será necesario incentivar la descentralización política por la vía de la reforma de estatutos autonómicos establecida en la Constitución.]

Integridad de Gibraltar

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Por otra parte, el presidente del Gobierno, Felipe González, señaló ante la asamblea de parlamentarios del Consejo de Europa en Estrasburgo que el problema de Gibraltar no tendrá solución definitiva hasta que España recupere la plena soberanía. "Es un tema de integridad territorial y no de autodeterminación", dijo, después de afirmar que el Peñón "es quizá el único ejemplo colonial que queda en el continente europeo".

La contundente reacción del presidente del Gobierno se produjo en respuesta a la pregunta del parlamentario liberal británico Russell Johnston. "Lamento no ser optimista", contestó Felipe González, porque "para nosotros, y también para las Naciones Unidas, Gibraltar es un problema de descolonización y hasta que no se resuelva será imposible hablar de una solución definitiva". Sin embargo, el contencioso no impedirá que la cooperación entre España y el Reino Unido siga en aumento. "Las relaciones han mejorado sustancialmente y la Declaración de Bruselas fue un paso importante; incluso se podría utilizar conjuntamente el aeropuerto gibraltareño si no existiesen obstáculos", argumentó.

La réplica del parlamentario Johnston para saber si España está dispuesta a aceptar la autodeterminación de los propios gibraltareños se encontró con el rechazo del presidente del Gobierno. "No voy a entrar en interpretaciones que podrían resultar polémicas y me atengo a las resoluciones de las Naciones Unidas, que se basan además en razones de derecho histórico, en las que se dice que es un problema de integridad territorial y no de autodeterminación el que se plantea en este trozo del territorio español", explicó.

La propia Gran Bretaña, a juicio de González, lo acepta así "y lo tiene muy claro desde el Tratado de Utrech, porque la soberanía en discusión es un problema existente entre España y el Reino Unido".

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