Cartas al director

Azada, en el Golfo

En unos momentos en los que tan huérfanos nos encontramos de ideas y de valores que argüir para justificar acciones exteriores poco acordes con nuestra tradicional política internacional de mediación en los conflictos, no estaría de más recordar las palabras que pronunció Manuel Azaña en octubre de 1935 en el campo de Comillas, cercano a la capital madrileña; palabras que bien podrían servir a más de uno para reflexionar sobre las verdaderas posibilidades que podemos jugar en materia internacional, y sobre todo para tener en cuenta el sentir de los españoles."En estos problemas, en los que Esp...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En unos momentos en los que tan huérfanos nos encontramos de ideas y de valores que argüir para justificar acciones exteriores poco acordes con nuestra tradicional política internacional de mediación en los conflictos, no estaría de más recordar las palabras que pronunció Manuel Azaña en octubre de 1935 en el campo de Comillas, cercano a la capital madrileña; palabras que bien podrían servir a más de uno para reflexionar sobre las verdaderas posibilidades que podemos jugar en materia internacional, y sobre todo para tener en cuenta el sentir de los españoles."En estos problemas, en los que España no está directamente complicada, conviene no confundir el mundo con su caricatura,, conviene no empeñar el amor propio ni los sentimientos políticos ni pisotear el respeto que merecen los pueblos amigos, sobre todo en la desgracia, ni tampoco olvidarse de que la vida se compone de muchos días, ni cerrar a portazos los caminos del porvenir. Por encima de los regímenes políticos está la conciencia jurídica del mundo, que trabajosamente se forma y quiere hacerse oir; pero esta conciencia jurídica del mundo viene de los pueblos, no de las combinaciones de los Gobiernos, y por debajo de los regímenes políticos, nos sean o no agradables, están los pueblos que padecen y sufren, a veces sin chistar".

"Se da el caso de que a estas horas todos los Gabinetes del mundo saben cuál es la posición de España, y la ignoran los españoles. Yo me temo que no sepamos a qué atenemos sobre la posición de España en este problema, porque el Gobierno no sepa ni pueda acometerlo, y estimo que sería responsabilidad gravísima, por razones secundarias -y todas lo son delante de este problema-, dar lugar a que combinaciones oscuras, irresponsables, recatadas de la aprobación y juicio del país, puedan conducir a España a una situación inextricable de la que no saldría sin gran dolor y sin pérdida sustancial. La advertencia está hecha. La responsabilidad será de aquéllos".- Madrid.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En