Tribuna:

Ni cabeza ni pies

Las bolsas se han metido en una especie de zona de nadie en la que toda opción es posible, y esto se ha traducido, a nivel práctico, en una serie de altibajos que responden a las múltiples opiniones sobre la situación del conflicto en el golfo Pérsico. El el terreno doméstico la explicación alude a la sensación de haberse adelantado a los acontecimientos, aunque las instituciones han seguido apoyando a sus valores aprovechando, incluso, el retraso en el cierre del mercado provocado por una caída de líneas en el ordenador central de la bolsa. Esos minutos coincidieron con una pequeña subida en ...

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Las bolsas se han metido en una especie de zona de nadie en la que toda opción es posible, y esto se ha traducido, a nivel práctico, en una serie de altibajos que responden a las múltiples opiniones sobre la situación del conflicto en el golfo Pérsico. El el terreno doméstico la explicación alude a la sensación de haberse adelantado a los acontecimientos, aunque las instituciones han seguido apoyando a sus valores aprovechando, incluso, el retraso en el cierre del mercado provocado por una caída de líneas en el ordenador central de la bolsa. Esos minutos coincidieron con una pequeña subida en Wall Street y fueron los responsables de un nuevo avance que contrasta con las dudas. expresadas por los inversores a lo largo de la mañana.El desarrollo de la sesión hizo bueno el refrán que pronostica la celebración de bautizo únicamente para aquellos que cuentan con alguien que se haga cargo de los gastos, lo que se tradujo en subidas para muchos de los valores que están en la órbita de algún gran grupo financiero -con las lógicas excepciones- y recortes para el resto. Los intentos de materializar los escasos beneficios obtenidos en las dos últimas sesiones ponen de manifiesto la presencia de un trasfondo de dudas sobre el alcance de una recuperación que parece demasiado prematura.

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