Cartas al director

El verdadero iluso

Lamento que no haya entendido la ironía que encierra mi carta del 2 de agosto sobre lo acaecido en el concierto de Ray Lema y G. Gil celebrado en la Muralla Árabe.Me pregunto si tendría sentido que alguien que hubiera entrado al concierto por la cara se pavonease de su acción haciéndola pública por medio de una carta al director. Sinceramente, creo que no.

Lamento también que identifique el yo ficticio de la narración con el firmante de la carta. Si ha leído alguna novela escrita en primera persona, lo cual dudo, sabrá que no se debe identificar al escritor con el personaje sujet...

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Lamento que no haya entendido la ironía que encierra mi carta del 2 de agosto sobre lo acaecido en el concierto de Ray Lema y G. Gil celebrado en la Muralla Árabe.Me pregunto si tendría sentido que alguien que hubiera entrado al concierto por la cara se pavonease de su acción haciéndola pública por medio de una carta al director. Sinceramente, creo que no.

Lamento también que identifique el yo ficticio de la narración con el firmante de la carta. Si ha leído alguna novela escrita en primera persona, lo cual dudo, sabrá que no se debe identificar al escritor con el personaje sujeto de la misma. Quizá yo (= Javier Escudero, ahora sí) no sea un maestro en el uso de la ironía narrativa ni en el del yo ficticio, pero le aseguro que para algunos ha quedado bien claro por dónde iban los tiros de la carta.

Por otra parte, me alegra saber que alguien que parece pertenecer al gremio de los porteros haya declarado la guerra a los listillos de turno. Sin embargo, pienso que, desgraciadamente, lleva las de perder en su cruzada particular.

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Por último, deploro que no haya entendido el mensaje que encerraba mi carta y por eso disculpo su clara equivocación. El verdadero iluso-

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