Dirigentes del PSOE y varios ministros preparan una ponencia política, contra el deseo de Guerra
Destacados dirigentes socialistas, varios miembros del Gobierno y algunos ex ministros van a redactar este verano, con el respaldo de Felipe González, un ponencia política para debatir en el próximo congreso federal del PSOE, iniciativa a la que se había opuesto Alfonso Guerra en la última reunión del comité federal socialista. La decisión de iniciar este proceso de reflexión abre la vía para un debate político que de otro modo no habría tenido lugar, ya que las únicas ponencias previstas tratan de la Administración municipal y la autónoma, el Programa 2000 y los estatutos del partido.
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Destacados dirigentes socialistas, varios miembros del Gobierno y algunos ex ministros van a redactar este verano, con el respaldo de Felipe González, un ponencia política para debatir en el próximo congreso federal del PSOE, iniciativa a la que se había opuesto Alfonso Guerra en la última reunión del comité federal socialista. La decisión de iniciar este proceso de reflexión abre la vía para un debate político que de otro modo no habría tenido lugar, ya que las únicas ponencias previstas tratan de la Administración municipal y la autónoma, el Programa 2000 y los estatutos del partido.
El proyecto de forzar la redacción de un documento político que defina las opiniones del PSOE sobre problemas que exigen soluciones a corto plazo comenzó a gestarse después de que Guerra, para sorpresa de otros dirigentes, rechazara esta posibilidad. La propuesta de añadir una ponencia política a los documentos previstos para discutir en el próximo congreso federal, convocado para noviembre, fue realizada por Ludolfo Paramio y Ramón Vargas Machuca en la reunión del comité federal celebrada el pasado día 7. Paramio es dirigente de la Fundación Pablo Iglesias y Vargas Machuca es diputado por Cádiz y uno de los ideólogos que en el pasado han colaborado con Alfonso Guerra.El vicesecretario general del PSOE se negó a aceptar la petición con la explicación de que el debate político pueden encauzarse en la discusión del Programa 2000. Pero destacados dirigentes socialistas consideran que este documento es tan genérico que casi parece un programa máximo modernizado. La negativa de Guerra enojó al propio Felipe González, según relató posteriormente un miembro de la dirección del partido.
Consulta a Obiols
El líder socialista comentó durante una cena privada en La Moncloa el pasado día 12 a José María Obiols, sec1tetario general del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), y Narcís Serra, ministro de Defensa, la conveniencia de pro mover la elaboración de una ponencia política. Los dos dirigentes socialistas catalanes se mostraron de acuerdo porque compartían la opinión de que el Congreso socialista debe transmitir un mensaje ilusionante a la sociedad y propiciar una "apertura" de la ejecutiva federal del PSOE.
Visto desde otra perspectiva, la ausencia de un debate de este tipo dejaría reducido el Congreso, al menos ante la opinión pública, a la mera lucha por el poder que supone la elección de la comisión ejecutiva federal del partido. Según dirigentes socialistas que han conversado en los dos últimos meses con Felipe González, éste es partidario de emprender la "renovación" antes de que el anquilosamiento lo convierta en ineludible y traumático.
Aprovechar el éxito
Presidente del Gobierno por tercera vez con una mayoría parlamentaria casi absoluta, González está transmitiendo a las personalidades socialistas con las que habla su convicción de que es en los momentos de éxito cuando mejor se pueden realizar las rectificaciones y los cambios.
El borrador de ponencia política será presentado formalmente a través de una federación -colectivo que en la organización socialista es el cauce para presentar enmiendas a los textos oficiales- como anexo a los documentos propuestos para debate por el máximo órgano del PSOE.
Una vez que en septiembre y octubre sean elegidos los delegados de cada región para el congreso, comenzarán las reuniones de los portavoces partidaríos de la "apertura" de la ejecutiva y de la "renovación" para negociar en las mejores condiciones con Alfonso Guerra.