Tribuna:

Pronóstico fiel

La jornada de cierre ha cumplido todas las expectativas posibles, desde las que se referían a las tomas de posiciones un tanto a contrapié de los ciclos habituales hasta las que sirven para mantener el optimismo a medio plazo. Por si el tono de la sesión no era el adecuado, el sector bancario volvió a apretar en los minutos finales y consiguió enmendar la plana a un mercado que perdía fuerza desde el cierre matinal.La contratación de esta sesión se volcó sobre un único valor, Telefónica, que termina con cuatro millones de acciones negociadas y con la cotización en su nivel máximo del año. El r...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La jornada de cierre ha cumplido todas las expectativas posibles, desde las que se referían a las tomas de posiciones un tanto a contrapié de los ciclos habituales hasta las que sirven para mantener el optimismo a medio plazo. Por si el tono de la sesión no era el adecuado, el sector bancario volvió a apretar en los minutos finales y consiguió enmendar la plana a un mercado que perdía fuerza desde el cierre matinal.La contratación de esta sesión se volcó sobre un único valor, Telefónica, que termina con cuatro millones de acciones negociadas y con la cotización en su nivel máximo del año. El resto del mercado se ha limitado a hacer frente a las salidas de los viernes, lo que ha conducido a una cifra media de contratación que resulta prometedora de cara a la semana que viene.

En conjunto, estas sesiones han supuesto un pulso entre la especulación semanal y las apuestas a un plazo relativamente más largo, lo que ha relegado a un segundo plano a un buen número de valores, sobre todo a aquellos cuya baja liquidez podría causar problemas en un momento determinado.

Las inquietudes que ha despertado la bolsa de Nueva York con sus dudas ante el nivel del 3.000 han afectado relativamente a estas bolsas, sobre todo cuando se pudo apreciar que apenas estropeaban las cotizaciones.

Archivado En