Bilardo rompe con su pasado ante el partido contra la URSS

Argentina afronta el decisivo partido frente a la URSS (21.00, TVE 2) con más confianza en los factores externos que en su propio juego. Por supuesto, deposita toda su fe en Maradona, pero las rogativas se destinan también a la ayuda del público napolitano, al calor, a lo que sea, incluido el dadivoso san Gennaro, patrón de una ciudad que parece la corte de los milagros. Bilardo ha decidido que la ocasión es tan grave que merece una ruptura con su pasado como entrenador. Cinco nuevos jugadores -Serrizuela, Monzón, Olarticoechea, Troglio y Caniggiase integrarán en la alineación titular argentin...

Argentina afronta el decisivo partido frente a la URSS (21.00, TVE 2) con más confianza en los factores externos que en su propio juego. Por supuesto, deposita toda su fe en Maradona, pero las rogativas se destinan también a la ayuda del público napolitano, al calor, a lo que sea, incluido el dadivoso san Gennaro, patrón de una ciudad que parece la corte de los milagros. Bilardo ha decidido que la ocasión es tan grave que merece una ruptura con su pasado como entrenador. Cinco nuevos jugadores -Serrizuela, Monzón, Olarticoechea, Troglio y Caniggiase integrarán en la alineación titular argentina. "Para nosotros, el partido de hoy es la final del campeonato".

Cinco días después de iniciarse el Mundial, Nápoles asistirá al primer partido dramático del torneo. La escuadra que resulte derrotada quedará prácticamente apeada. La carga de tensión es mayor aún por el prestigio de los dos equipos. Argentina, campeona actual, tiene al mejor jugador del mundo en sus filas y cuenta con una tradición futbolística tan larga que la eliminación provocaría una tragedia nacional. La Unión Soviética llegaba a este torneo con la intención de revalidar sus progresos en la escala jerárquica del fútbol. Un revés de estas proporciones devolvería a la URSS a su condición de equipo de segundo orden.Los dos técnicos, Bilardo y Lobanowski, han echado pestes contra el juego de sus equipos. En Trigoria, lugar de concentración de la selección argentina, se han vivido cuatro jornadas de dura reflexión sobre los errores del encuentro contra Camerún. Bilardo tuvo palabras muy gruesas contra sus jugadores tras el partido, según admitió Maradona el pasado lunes. La crítica ha debido de ser personal también.

Hombre de ideas fijas, Bilardo parece aceptar sus errores. En San Siro, jugó con un equipo de muy pobre calidad técnica, demasiado alejado del arquetipo argentino. Maradona, Burruchaga y Caniggia aparte, nadie entre el resto era capaz de intentar una escapada del férreo guión que había preparado Bilardo.

En San Paolo, Argentina presenta una selección levemente más atrevida, con Caniggia como compañero de Maradona. Burruchaga se situará más cerca de la delantera, y en el medio se integrará Toglio, un futbolista superior al desdichado Lorenzo "Para nosotros es la final del campeonato", declaraba Bilardo en Trigoria. Sus palabras son absolutamente ciertas.

En la Unión Soviética, todo se lleva con más discreción , pero el desánimo también es general. El técnico Lobanowski cargó tras el partido frente a Rumania contra Dasaev y el delantero Protasov Al seleccionador le queda el con suelo de los buenos primeros 30, minutos de juego soviético. Durante este periodo, la URSS recordó a la selección poderosa del Mundial de México, aunque la falta de consistencia permanece todavía, como entonces, y este problema puede incrementarse frente a un jugador, Maradona, que regresa a un estadio que le tiene como una divinidad.

Alineaciones:

Argentina: Pumpido; Serrizuela, Simón, Monzón; Basualdo, Batista, Olarticoechea, Troglio; Burruchaga, Maradona y Caniggia. URSS: Dasaev; Besonov, Kusnetzov, Kidiatulin, Gorlukovich; Aleinikov, Zavarov Livtocheriko, Rats; Dobrowolski y Protasov. Arbitro: Erik Frediksson (Suecia).